Los autores del estudio afirman que las dos estrellas formaban un sistema binario en el que orbitaban entre sí. Esto, a su vez, podría explicar la extraña estructura de la nube de Oort, una esfera de miles de millones de escombros rocosos y fríos ubicada cerca de Neptuno, al borde del sistema solar, mil veces más lejos de la Tierra que el Sol.
"Los modelos anteriores han tenido dificultades para producir la relación esperada entre los objetos de disco dispersos y los objetos externos de la nube de Oort. El modelo de captura binaria ofrece una mejora significativa, algo que es aparentemente obvio en retrospectiva: la mayoría de las estrellas parecidas al Sol nacen con compañeros binarios", explicó uno de los autores del estudio, Amir Siraj.
Los investigadores están convencidos de que los objetos en la nube exterior de Oort podrían responder a muchas preguntas y proporcionar más datos acerca de la formación del sistema solar y los orígenes de la Tierra.
"Podrían haber jugado un papel importante en la historia de la Tierra, como posiblemente traer el agua o causar la extinción de los dinosaurios. Es importante comprender sus orígenes", indicó Siraj.
El hallazgo también podría contribuir a comprender mejor cómo se podría haber formado el enigmático Planeta Nueve, un hipotético objeto helado de gran tamaño que podría haber existido del sistema solar exterior. La gravedad del sistema de dos soles habría capturado una gran cantidad de planetas enanos, entre ellos, el Planeta Nueve.
"No está claro de dónde vinieron, y nuestro modelo predice que deberían haber más objetos con una orientación orbital similar a la del Planeta Nueve", indicó, a su vez, el astrofísico Avi Loeb.
Los resultados del estudio han sido publicados en el portal especializado Live Science.