"¡Amigos! Yo, María Kolésnikova, y miembros de la sede de Víktor Babariko anunciamos hoy [el 31 de agosto] la creación del partido político 'Juntos'", dice el comunicado publicado en la cuenta de Telegram de Babariko.
Babariko puntualizó en un vídeo publicado en su canal de YouTube que de momento no se ha decidido definitivamente si 'Juntos' va a funcionar como un partido o un movimiento y explicó que metas y objetivos busca alcanzar el nuevo organismo.
El segundo objetivo es mejorar la economía nacional y proporcionar a los ciudadanos bielorrusos la oportunidad de presentar sus iniciativas cívicas, según Babariko.
"El país vive una crisis política y socio económica, y juntos sabemos como resolver esta crisis. Centenares y millares de bielorrusos, profesionales talentosos, están dispuestos a encargarse de la creación de la nueva Bielorrusia", expresó en el mismo vídeo la opositora Kolésnikova.
Agregó que pronto 'Juntos' presentará su solicitud de registro, así como todos los documentos necesarios al respecto.
Bielorrusia es escenario de protestas desde el 9 de agosto por los resultados de las elecciones presidenciales que revalidaron un nuevo período del actual mandatario, Alexandr Lukashenko.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.
En los primeros días que siguieron a la votación, los agentes de seguridad dispersaron con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua, granadas aturdidoras e incluso fusiles con acción de bombeo a los manifestantes que protestaban por un supuesto fraude electoral. Miles de personas fueron detenidas, centenares resultaron heridas y al menos tres fallecieron.
Las escenas de violencia cesaron en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales y por ello exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.