De acuerdo con el estudio Más allá de China: hacia una mayor diversificación y eficiencia de costos en las cadenas de suministro, desde 2019 los ejecutivos de Estados Unidos se planteaban la posibilidad de mover sus cadenas de suministro de China a América del Norte por la guerra comercial entre ese país y la nación asiática, pero con la crisis económica que provocó la pandemia la idea es tener "mejor resilencia de la cadena de suministro".
Por estas razones, apunta el estudio, el 16% de las empresas estadounidenses que operan en China ya tenían planes para reajustar su producción o sus fuentes de abastecimiento. Entre los territorios contemplados se encuentran México, en donde reducirían en un 23% sus costos, y otros países asiáticos de bajo costo, donde el ahorro sería del 24%.
Sin embargo, PwC sugiere que México se reafirma como una alternativa atractiva a China especialmente por la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y China (T-MEC), que ofrece una ventaja competitiva frente a otras regiones del mundo.
En este sentido, PwC explica que las ventajas de producir en México se enlistan de la siguiente manera: costos de mano de obra y administrativos más bajos, sin aranceles o aranceles más baratos, costos logísticos más bajos, tiempos de entrega más cortos y respuesta más rápida a las alteraciones. En tanto que, dejar la producción en China tendría como ventajas: no requerimiento de gastos de capital, mantenimiento de la conexión con las bases de suministro y empleados con experiencia.
De este modo, la consultora precisa que las compañías estadounidenses deberán ponderar entre las diferentes opciones tomando como base los costos de producción y las ventajas adicionales que ofrece la ubicación geográfica. Pero también propone un modelo de diversificación para reducir gastos en el que se contemple a China más México o a China más las naciones asiáticas.