En entrevista con Radio Sputnik, Marco Terán contó que Rusia como destino académico apareció en su 'radar' como consecuencia de haber notado que sus mejores profesores de la universidad, donde estudió ingeniería electrónica, eran egresados de centros docentes rusos. Consultados al respecto, todos —"profesores de matemática, de física y de ingeniería"— describieron su experiencia como "fabulosa y estupenda en todos los sentidos". Al saber sobre la posibilidad de postularse a una beca para ir a Rusia, Marco Terán no lo pensó ni un segundo: una decisión de la que nunca se arrepintió.
"Ahora buscas en YouTube y hay vídeos de todas partes. Ahora Sputnik o RT siempre sacan información de cómo estudiar en una universidad rusa, de cómo son las universidades rusas, algo que no existía en mí época, no había nada de esa información. Ahora los estudiantes van más seguros, pero igual me fui a pesar de todo", apuntó.
En esta línea, enfatizó que lo que más contribuyó a que se conociera Rusia a nivel internacional fue el Mundial de Fútbol 2018, "un hito que cambió la percepción" del país en todo el planeta, incluida Latinoamérica.
"La gente se dio cuenta de que Rusia es un país abierto, y todos los que fueron al Mundial dijeron al regresar que ese país es lo mejor que hay", aseveró.
Pero volviendo al año 2006, cuando su avión aterrizó en Rusia tras un larguísimo vuelo con escalas en Panamá y Cuba, Marco Terán recalcó que era como ir a "otra dimensión".
"Yo vengo de una ciudad muy cálida, muy caribeña, cerca está el mar, las calles son pequeñas. Y de repente estás en algo gigante, con otras letras y rusos por todos lados", recalcó.
Inicialmente iba a estudiar en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos [RUDN, por sus siglas en ruso], donde cursó un año de preparatoria y se hizo con algunos amigos rusos. Unos amigos que se dieron cuenta de que su compañero necesitaba un 'hueso más duro', recomendándole que mirara la posibilidad de estudiar en una universidad que fuera más especializada en temas de su interés.
Fue así como tomó la decisión de ingresar a la prestigiosa —y de un alto nivel de dificultad— Universidad Técnica Estatal Bauman de Moscú [MGTU, por sus siglas en ruso], donde lo más complicado para él fue sortear los obstáculos burocráticos, dado que su beca fue asignada a la RUDN, y quizás el examen de ruso.
"El examen de matemáticas lo pasé superbien, el de física superbien, y el de ruso también lo aprobé. La profesora me dijo: 'Te voy a pasar porque nunca he visto a un colombiano hablando ruso'", recordó sonriendo.
De esta manera llegó a estudiar en la Facultad de Radioelectrónica y Tecnología Láser, con énfasis en la especialidad de "sistemas de radiocomunicación, de radar y navegación por satélite".
Además de la forma "rigurosa" en la que se da la formación, destacó también el alto nivel de los profesores de la MGTU, que son "especialistas en su área".
"Por ejemplo, el decano de la carrera que yo estudié es el ingeniero jefe de [el sistema de navegación por satélite] Glonass, el GPS ruso. O sea, recibía la educación de gente con mucha experiencia. Fue muy exigente, fue complejo, pero fue lo mejor. Trabajamos con radares reales, trabajamos con sistemas de potencia, sistemas electrónicos reales, algo que acá en Colombia no se ve prácticamente", señaló.
También apuntó que sus "maestros en la universidad eran los mismos autores de libros con los que trabajaba". En este contexto, valoró altamente la literatura académica rusa que "es de definición, de concepto, va al grano". "En cambio, un libro en español lo puedes leer dos horas, tres párrafos, cuatro párrafos, y te das cuenta que no dice nada, puro bla-bla-bla", afirmó.
Este barranquillero, también músico, hasta logró formar un grupo de música colombiana que incluso llegó a participar en un famoso show televisivo ruso, entre otras experiencias, como un concierto en el Día de Moscú donde su actuación tuvo una "excelente aceptación".
De acuerdo a Marco Terán, lo mejor que tiene Rusia es su gente. "Los rusos siempre son abiertos con los latinoamericanos, ven a Latinoamérica como amigos. Siempre me incluyeron en sus grupos, o sea, nunca me sentí rechazado de ninguna manera. Cuando un ruso es buen amigo, es buen amigo: está pendiente de ti, te llama, te pregunta, te invita siempre. Algunos me escriben todavía, me preguntan cómo estoy. Incluso mis profesores que tuve allá me escribieron durante la pandemia para saber cómo me encontraba", contó.
"Es un país que me dio a mi la educación, mis profesores tuvieron mucha paciencia conmigo, tuvieron fe y esperanza en mi, y me trataron igual que a cualquier otro ruso sin ninguna diferencia. Rusia me dio eso sin esperar nada de mi, y siempre está en mi mente. Trato de no perder ese lazo: sigo las noticias rusas, siempre estoy leyendo lo que pasa en la universidad, lo que pasa en Moscú, porque 7 años allá me hicieron de alguna manera sentirme parte del país", concluyó Marco Terán.