Un teléfono que ha sido intervenido desde fuera mostrará varios signos que, si prestamos atención, serán suficientes para descubrir que hemos caído en las redes de un hacker.
De forma general, un dispositivo atacado puede apagarse y encenderse solo, o puede que empiece a tener instaladas aplicaciones que el usuario no ha descargado. Estas cosas, dice la experta en ciberseguridad de la compañía rusa Infosistemi Jet Yelena Aguéyeva, deben ponernos alerta.
"Otros indicios de un ataque son las llamadas y los mensajes de texto entrantes y salientes en los que no ha participado el usuario. Problemas de comunicación durante la llamada, como que pase demasiado tiempo hasta conectarse con el interlocutor, interferencias y ruidos, también deberían levantar sospechas", aclara Aguéyeva, citada por el medio ruso Prime.
Junto con estos indicios, otras señales de un posible hackeo son un gasto de la batería más rápido de lo normal y que el dispositivo se recaliente cuando no se está utilizando. También es sospechoso que se observe un aumento del tráfico de datos móviles sin razón aparente.
Para evitar males mayores, lo mejor es controlar la lista de aplicaciones instaladas para eliminar las sospechosas y no descargarlas de sitios no oficiales, desactivar el desvío de llamadas y mensajes de texto y evitar conectarse a redes wifi públicas.