El representante del Kremlin comentó así las informaciones de que el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, está dispuesto a viajar a Bielorrusia para buscar una solución a la crisis.
"La Unión Europea y Rusia pueden constatar su disposición a brindar cualquier asistencia posible para solucionar la situación. Pero en este caso estamos hablando de si esta asistencia es necesaria para las autoridades de Bielorrusia y si están de acuerdo con la misma", dijo Peskov.
Señaló que muchos países e instituciones internacionales están listos para ayudar a resolver la crisis en Bielorrusia, sin embargo "esta ayuda debe ser reclamada por el propio país".
En los primeros días que siguieron a la votación, los agentes de seguridad dispersaron con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua, granadas aturdidoras e incluso fusiles con acción de bombeo a los miles de manifestantes que protestaban por un supuesto fraude electoral. Miles de personas fueron detenidas, al menos ocho se dan por desaparecidas y tres fallecieron.
Las escenas de violencia cesaron en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.