Una velocidad así permitiría descargar todo el catálogo de películas y series de Netflix en menos de un segundo, afirmaron los autores del estudio. Durante el experimento, los científicos londinenses utilizaron amplificadores para mejorar la forma en la que la luz transporta datos a través de la fibra óptica: crearon patrones de combinaciones de señales capaces de alterar la fase, el brillo y la polarización de las longitudes de onda. Esto, a su vez, les permitió meter más información en un espectro luminoso más amplio.
El beneficio de la nueva tecnología es que puede utilizarse en la infraestructura ya existente. Simplemente es necesario actualizar los amplificadores a intervalos de 40-100 kilómetros. Asimismo, se trata de una tecnología bastante accesible: supondría un gasto casi 30 veces menor que instalar nuevas fibras ópticas.
El equipo de investigadores, liderado por Lidia Galdino, batió el récord anterior, establecido en abril por el Instituto Nacional de Información y Tecnologías de Comunicación de Japón.
"Independientemente de la crisis del COVID-19, el tráfico de internet ha aumentado exponencialmente en los últimos diez años y todo este aumento de la demanda de datos está relacionado con la disminución del costo por bit", explicó Galdino en un comunicado.
"El desarrollo de nuevas tecnologías es crucial para mantener esta tendencia en la reducción de los costos y al mismo tiempo satisfacer la demanda futura de velocidad de datos, que continuarán aumentando", agregó.