La canciller federal Angela Merkel anunció el 20 de agosto que su país está dispuesto a proporcionar ayuda en el tratamiento del activista opositor.
El 20 de agosto, Navalni se sintió mal durante un vuelo de la ciudad de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk. El opositor ruso fue ingresado en unidad de cuidados intensivos de un hospital local, donde seguía en coma y con ventilación mecánica.
Su portavoz, Kira Yarmysh, supuso desde un principio que habría sido envenenado con alguna sustancia puesta en su té, lo único que tomó por la mañana en el aeropuerto.
Sin embargo, los médicos del hospital de Omsk declararon que el principal diagnóstico de Navalni es un trastorno metabólico provocado por una fuerte caída del nivel de azúcar en la sangre.