El ente comentó que la conversación se celebró a instancias del Ministerio de Exteriores sueco.
"Los ministros intercambiaron opiniones sobre la situación en Bielorrusia y Moscú indicó que es inadmisible imponer a Minsk esfuerzos mediadores o soluciones acabadas", dice la nota.
"Es importante permitir a los propios bielorrusos solucionar sus problemas políticos internos, tomándose en consideración la reforma constitucional propuesta por el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko", remarcó la Cancillería rusa.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, discutió por teléfono la situación en Bielorrusia con su homólogo finlandés, Sauli Niinisto.
"Al conversar sobre la situación en Bielorrusia, Vladímir Putin confirmó la ya conocida posición de Rusia y subrayó, en particular, que es inadmisible interferir en los asuntos internos de un Estado soberano y tratar de ejercer presión externa contra autoridades legítimas", dijo la Presidencia rusa en un comunicado.
Ambas partes, según la nota, "expresaron su interés en que la situación en Bielorrusia se normalice lo más pronto posible".
Además abordaron una serie de temas actuales de las relaciones ruso-finlandesas.
Bielorrusia es escenario de fuertes protestas a raíz de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, que revalidaron para un sexto mandato al presidente Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos reunieron juntos poco más del 4%.
Según el Ministerio del Interior, centenares de personas sufrieron heridas, incluidos más de 150 agentes del orden público, y más de 6.700 personas fueron detenidas. Tres personas fallecieron.
La violencia disminuyó en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.