"Hemos desplegado las tropas de combate a lo largo de la frontera occidental y las hemos puesto en estado de máxima alerta", dijo Lukashenko citado por la agencia estatal de noticias Belta.
Explicó que se decidió hacerlo "después de unas declaraciones de representantes de países occidentales, incluidos los dirigentes de algunos Estados que ni siquiera saben dónde está Bielorrusia".
Según el escrutinio oficial, el actual mandatario recibió el 80,1% de los votos, su rival principal, la opositora Svetlana Tijanóvskaya obtuvo el 10,1% de los apoyos y los otros tres candidatos reunieron juntos un poco más del 4%.
Las manifestaciones fueron reprimidas en los primeros días con el uso de gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras, y dejaron, según informes del Ministerio del Interior, dos muertos, cientos de heridos, entre ellos un centenar de policías, y más de 6.700 detenidos.
La oposición bielorrusa impugna los resultados de las elecciones y exige una repetición de los comicios, opción que el jefe del Estado ha descartado en términos contundentes.