"La ONU en Colombia expresa su enérgica condena por la masacre de ocho jóvenes en el municipio de Samaniego, Nariño, el día 16 de agosto, así como por los demás hechos violentos que han ocurrido en las últimas semanas en diferentes regiones, afectando la seguridad de las comunidades", afirmó la organización en un comunicado.
Asimismo, manifestó su "honda preocupación" por la continuidad de homicidios cometidos en 2020 contra defensores y defensoras de los derechos humanos, líderes sociales y excombatientes.
A su vez, la misión reportó 41 asesinatos de personas en proceso de reincorporación en el primer semestre de 2020, registrando un aumento del 10% de los asesinatos de este tipo en comparación al primer semestre de 2019.
Un total de 215 excombatientes fueron asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz en noviembre de 2016.
"Estos hechos violentos, con serios impactos humanitarios, están ocurriendo en territorios con presencia de grupos armados ilegales y otras organizaciones generadoras de violencia, de economías ilegales, pobreza y caracterizados por una limitada presencia del Estado. Por lo tanto, es crucial avanzar y profundizar en la implementación integral del Acuerdo de Paz", agregó.
La masacre de Samaniego se registró cerca de la medianoche del 15 de agosto (05.00 GMT del 16 de agosto) en la aldea de Santa Catalina, donde según versiones publicadas por la prensa local, llegaron hombres fuertemente armados y dispararon a un grupo de personas, varias de las cuales quedaron heridas.
En su comunicado, el Ejército dejó entrever que el hecho pudo ser perpetrado por cuestiones de narcotráfico o cualquier otro factor de criminalidad, ya que "este fenómeno es uno de los principales factores de inestabilidad" en la región.
La masacre de Samaniego es la segunda que se presenta en una semana en Colombia, luego de que el 11 de agosto cinco menores de edad fueran asesinados en un barrio de la ciudad de Cali (suroeste) en hechos que investigan las autoridades.