"Estoy dispuesta a asumir la responsabilidad y actuar durante este período como líder nacional. Para que el país se calme y entre en un ritmo normal", dijo Tijanóvskaya en un comunicado difundido por su sede electoral.
Según la política, es necesario poner en libertad a todos los que la oposición considera presos políticos y, preparar, lo antes posible, el marco legislativo para las nuevas elecciones presidenciales.
"Elecciones reales, justas y transparentes que serán aceptadas incondicionalmente por la comunidad internacional", afirmó.
Asimismo la opositora se dirigió a los agentes de seguridad.
"Deben saber que siempre os aceptaremos, si sus pensamientos y su arrepentimiento son sinceros", dijo.
También afirmó que "una de las cosas importantes que no tenemos derecho a perder es la independencia de Bielorrusia".
"Es la constante que no se puede perder bajo ninguna circunstancia", señaló.
Alexandr Lukashenko, que gobierna Bielorrusia desde 1994, logró el sexto mandato al obtener el 80% de los votos en las presidenciales del 9 de agosto, frente al 10% de la principal candidata opositora Svetlana Tijanóvskaya, según el escrutinio oficial.
La oposición se negó a reconocer estos resultados al afirmar que Tijanóvskaya habría conseguido entre el 70% y el 80% de los apoyos.
Tras varios días de manifestaciones callejeras, que chocaron con una violenta represión policial y se saldaron con al menos 6.500 detenidos, centenares de heridos y al menos un muerto, en Bielorrusia se iniciaron también las acciones de protesta en importantes plantas industriales y otras empresas.