"La parte más grande del navío está siendo remolcada a mar abierto", comunició por teléfono el portavoz del Ministerio de Transporte de Mauricio, Jasvin Sok Appadu, citado por Bloomberg.
La otra parte del buque MV Wakashio, donde se encuentra el motor y los tanques de combustible, está "asegurada" y "estabilizada". Se han tomado medidas para evitar que se derrame más petróleo, apuntó Sok Appadu.
Nagashiki Shipping precisó que el buque sigue estando bajo la inspección de un equipo de experto de la industria.
La catástrofe ambiental se debió a las 4.000 toneladas de combustible a bordo. Las autoridades de Mauricio declararon el estado de emergencia y afirmaron que el Estado carecía de "las habilidades y la experiencia para reflotar barcos varados". Como resultado, pidieron ayuda a Francia que, a su vez, prometió proporcionarla.
Según el medio Japan Times, el propietario del buque afirmó en un comunicado que "siente profunda responsabilidad” por lo ocurrido, y se comprometió a compensar el daño causado por el vertido de 1.000 toneladas de crudo.

En una comparecencia, el presidente de la compañía, Kiyoaki Nagashiki, se disculpó ante el pueblo de Mauricio por el accidente y prometió "continuar haciendo todo lo posible para eliminar el petróleo derramado y minimizar todo lo posible el impacto medioambiental".