"Me alegré de ver la liberación de algunos de los manifestantes, pero desde luego no es suficiente", dijo Pompeo en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores polaco, Jacek Czaputowicz.
Señaló que Washington debate la situación en Bielorrusia con sus socios europeos con el fin de hacer todo lo posible para "ayudar al pueblo bielorruso a lograr la soberanía y la libertad".
El 9 de agosto, Bielorrusia celebró elecciones presidenciales en las que Alexandr Lukashenko obtuvo más del 80% de los votos, y su rival principal, la opositora Svetlana Tijanóvskaya, acumuló el 10,12%, según el escrutinio oficial.
Las protestas que estallaron el mismo día de la votación en Minsk y otras ciudades del país, derivaron en violentos disturbios. Las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma para dispersar a los manifestantes.
Según el Ministerio del Interior, al menos una persona falleció en las protestas, varios centenares resultaron heridas y más de 6.700 fueron detenidas.
El 14 de agosto, según el ministerio, las autoridades liberaron a más de 2.000 detenidos.