"Estamos convencidos de que este paso de traición no afectará la resistencia del pueblo de Palestina ni al movimiento de resistencia, pero sí llevará al aumento de la aversión de los residentes de la región y Palestina a esta política dirigida en contra de las aspiraciones palestinas", declaró Zarif, citado en un comunicado.
Este acuerdo de paz prevé la plena normalización de las relaciones bilaterales, incluido el intercambio de embajadas y embajadores, el establecimiento de vuelos directos y la firma de un paquete de convenios en materia de inversión, turismo, seguridad, telecomunicaciones, tecnología, energía, salud, cultura, medio ambiente y otras áreas.
El acuerdo, que podría allanar el camino para un mayor acercamiento entre el Estado judío y las monarquías del Golfo ricas en petróleo, los principales aliados de Washington en la región, pone en suspenso los planes israelíes de anexión de tierras palestinas en Cisjordania.
Ambas facciones palestinas, Al Fatah y Hamás, ya manifestaron su rechazo al acuerdo.