La nueva normalidad impuesta por la pandemia del COVID-19 les obligó a casarse el mes pasado en un evento más que íntimo: ellos, sus padres y el juez fueron los únicos presentes de manera física, aunque alrededor de 50 invitados siguieron con emoción, con risas y lágrimas cada detalle del evento a través de la plataforma Zoom.
Además, la champaña del brindis en esta ocasión tuvo un sabor diferente, más emotivo, más profundo, más sentido. Fue un regalo de los novios enviado con anticipación a cada uno de los invitados, en pequeñas botellas dentro de hermosos paquetes, que recordarán por siempre pues son la muestra palpable de que ni el COVID-19 pudo vencer a Cupido.
"No pude contener las lágrimas; es cierto que en las bodas mucha gente llora, yo incluida, pero estas lágrimas fueron diferentes, porque fueron el signo de la ausencia y de la presencia, de la nostalgia, del encierro, pero sobre todo del triunfo del amor porque el covid no lo pudo vencer", comenta a Sputnik una de las invitadas, Katy Sánchez, prima de la novia, quien participó de manera virtual de la boda, realizada en Quito.
Aumentan los casamientos
De acuerdo con datos del Registro Civil, en julio hubo 2.654 bodas, un notable incremento frente a las apenas 80 que se realizaron en mayo, cuando se reactivaron en al menos siete provincias de Ecuador, pero aún muy por debajo de las cifras usuales.
En abril, uno de los meses más duros de estricta cuarentena decretada por el gobierno de Lenín Moreno para frenar el crecimiento de la pandemia, nadie pudo casarse.
Entre mayo y julio las bodas en Ecuador sumaron 3.579.
Solo novios y testigos
A las bodas civiles presenciales en las oficinas del Registro Civil solo pueden asistir los novios, los testigos y el juez.
Todos deben usar mascarilla y estar a dos metros de distancia entre uno y otro.
En el Registro Civil los novios no pueden besarse porque no deben sacarse las mascarillas.
Las bodas eclesiásticas aún no están autorizadas.
Estrictas medidas
Gaby Montoya, organizadora de bodas de Quito, comenta que en la actualidad en la capital de Ecuador se realizan muy pocas bodas, ceremonias civiles en domicilios, y en ellas están presentes, los novios, los padres y los testigos, con estrictas normas de seguridad sanitaria.
Hay algunas ciudades en las que se permite realizar reuniones de hasta 25 personas, por lo que hay quienes buscan paquetes para acudir a esos sitios, en los que los organizadores de bodas exigen estrictas medidas de control: todos tienen que usar mascarillas, se les mide la temperatura al ingreso al evento, tienen que pasar por una estación en donde está el desinfectante para las manos, es obligatorio guardar la distancia social, y el personal y los proveedores que atienden la boda usan trajes de seguridad y protectores faciales, a más de la mascarilla.
"Es una situación extraña, también difícil; a muchos nos cuesta aceptar esta nueva realidad", dice a esta agencia Carolina Jijón, quien recientemente asistió a un casamiento en una provincia costera.
A reinventarse
José Luis Tamayo, gerente de DTES Comunicación y Eventos, dice a Sputnik que las empresas organizadoras de bodas han tenido que reinventarse. Ahora entre sus servicios ofrecen para los amigos y familia de los novios que asisten a las bodas de manera virtual kits sanitarios, que quedan como recuerdos extraños de tiempos extraños.
Pero no todo el mundo acepta dejar de lado la ceremonia y el festejo tradicionales.
Según Montoya, al menos en Quito, y seguramente en la mayoría de ciudades de Ecuador, los novios que tenían planeadas sus bodas entre marzo y julio las están posponiendo para 2021.