Por la vasta variedad de platos y su valor nutritivo, los huevos se convirtieron en un favorito dentro de la cocina, especialmente en los desayunos.
Estos hilos se llaman chalazas, sirven para unir la membrana de la yema con el recubrimiento interno del cascarón. De esta manera, las chalazas la mantienen en el centro del huevo y evitan que se desplace en su interior. Al momento de romper el cascarón, estos hilos también se rompen.
Las chalazas están hechas de filamentos retorcidos de fibras de mucina que son una forma especial de proteína, según un estudio de la Universidad Estatal de Virginia.
Por esta razón, no es necesario quitarlas al momento de preparar los huevos. No son dañinas para la salud y desaparecen por sí solas durante la cocción.
Por otro lado, en algunas recetas para lograr una mayor homogeneidad del huevo batido, las remueven. Es muy fácil hacerlo con ayuda de un colador o un tenedor.