Sin ninguna sorpresa, al ser el único aspirante a la dirección, el político huido a Bélgica fue el más votado para encabezar la recién nacida formación con un 99,3% de los apoyos de la militancia.
Un total de 2.130 afiliados participaron en su elección, aunque solo representaron poco más de la mitad del censo, lo que indica que la creación del 'president Puigdemont' sumó cerca de 3.800 adeptos desde que fue presentada el pasado 25 de julio.
Nuevo intento de reagrupar al nacionalismo catalán
JxCat nace de la lista electoral independentista de Junts per Catalunya, que se presentó a los comicios de diciembre de 2017 como coalición entre el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCat) y la antigua Convergencia Democrática de Cataluña (CDC).
Fue otro capítulo del proceso de diseminación del espacio político catalán de centroderecha que una vez lideró la coalición de CiU (Convergencia y Unión) de los expresidentes Jordi Pujol y Artur Mas.
Los cambios de siglas y los numerosos intentos de reorganización buscan dejar atrás los vínculos con la corrupción de la familia Pujol, que avergonzó a gran parte del nacionalismo catalán.
Otro dato fundamental es que CiU se disolvió en 2015 por discrepancias internas en torno a la independencia de Cataluña, algo que los dirigentes actuales quieren evitar a toda costa.
Así, el exlíder del Gobierno catalán pone en marcha una herramienta política que no quiere ser "sectaria ni excluyente" con la esperanza de atraer afiliados del casi desintegrado PDeCat y conseguir por fin agrupar a la tradición ideológica partidaria de la independencia.
"Nuestra aspiración es reforzar la alianza de quienes estamos en el mismo bando. Por eso nos llamamos Junts per Catalunya [Juntos por Cataluña], siempre tendremos las puertas abiertas a quien comparta la necesidad de sumar para ser más fuertes", resumió Puigdemont en el acto fundacional del partido en julio.
Una cúpula de leales al 'president'
Con la dirección recién elegida comienza a definirse la estructura de un partido cuya activación pone en marcha la cuenta atrás hacia las elecciones al Parlamento de Cataluña.
Sea como sea, la flamante nueva cúpula de JxCat promete dar de qué hablar en los próximos meses, con miembros que son algunas de las caras más reconocidas del independentismo.
Si algo tienen en común los elegidos es su lealtad al 'president', al que todavía se dirigen por su antiguo título, con lo que Puigdemont se asegura que habrá consenso sobre las decisiones que tome desde su refugio en Waterloo.
El secretario general de JxCat será Jordi Sánchez, antiguo líder de la entidad independentista Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) y todavía encarcelado por su rol en las masivas manifestaciones tras el referéndum ilegal de independencia de 2017.
Como secretario de Organización se situará David Saldoni, que fue presidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM) y hasta hace poco era dirigente del PDeCat, mientras que a cargo de Finanzas estará Teresa Pallarès, una exsocialista que llegó a ser subdelegada del Gobierno español en Tarragona.
La elección de Turull no es casualidad: el histórico dirigente de la convergencia catalana participó en el nacimiento de PDeCat y fue decisivo para arrastrar a parte de su militancia al nuevo partido.
Tanto Artadi como Rius son vicepresidentes del actual JxCat, es decir, miembros directos del núcleo de Quim Torra en el Gobierno de Cataluña, además de dos de las personas de máxima confianza de Puigdemont.
En la ejecutiva nacional estarán también el líder de JxCat en el Parlamento catalán, Albert Batet, el consejero de Territorio del Gobierno de Torra, Damià Calvet y la diputada del Congreso español Laura Borràs.
Promete más confrontación con España
El nuevo partido no estará organizado hasta el próximo 3 de octubre, cuando se celebre una ponencia que definirá las responsabilidades de cada uno de los 21 miembros de la dirección y la estrategia política a seguir.
En su manifiesto fundacional, la formación se definió como una herramienta de "confrontación y lucha" que tiene el objetivo de "seguir acelerando el proceso" hacia la eventual independencia de Cataluña.
"Aspiramos a gobernar nuestras instituciones desde el compromiso del logro democrático de la independencia de Cataluña. Por eso nos disponemos a reunir la corriente central del catalanismo, hoy mayoritariamente independentista", afirmaron los firmantes.
Como era de esperar, JxCat promete ser extremadamente crítico con el Gobierno de España: "Interpelamos a las personas que creen que el Estado español no tiene voluntad de reformarse ni transformarse en una democracia y una economía socialmente responsable y de prestigio en el mundo".
De hecho, dos de los miembros de la cúpula, Artadi y Rius, son también integrantes de la mesa bilateral de negociación, como también lo son Puigneró y el mismo Torra, que aunque no tiene previsto afiliarse al partido mantiene públicamente su apoyo al expresidente fugado.
"Si queremos ganar [frente al Estado] tenemos que tratarnos como aliados en una misma trinchera", dijo Puigdemont dirigiéndose a los socios independentistas de ERC en una reciente entrevista con la televisión pública catalana.
Elecciones que enfrentarán a los socios independentistas
La tensa relación con los seguidores del exvicepresidente Junqueras, que sigue encarcelado en el marco de la causa judicial que llevó a Puigdemont a huir de España, será otro de los retos de la recién formada fuerza política.
El mismo Junqueras deseó "suerte" a Puigdemont en su nueva aventura política y descartó que JxCat sea una "amenaza" para ERC.
"Un aliado para conseguir el objetivo común de la independencia de Cataluña frente a este Estado", lo definió en una entrevista el político condenado, que en 2017 orquestó el referéndum ilegal junto a Puigdemont.
Pese a estas declaraciones, las discrepancias entre socios son tan monumentales que llevaron a Torra a anunciar elecciones el pasado enero.
Aunque las encuestas sobre los todavía hipotéticos comicios dan la victoria a los republicanos, algunas de las adhesiones al partido como la de Jordi Sánchez buscan claramente ganar la simpatía del independentista indeciso.
Cada vez toma más fuerza el horizonte del mes de noviembre, para lo que Torra tendría que convocar elecciones a mediados de septiembre, antes de que el Tribunal Supremo de España se pronuncie sobre su inhabilitación.
Pese a la falta de fecha, el nacimiento de JxCat como partido aboca al independentismo catalán a una carrera electoral a la que llega más dividido que nunca.