"Este estudio muestra que el sobrepeso o la obesidad impacta seriamente la actividad cerebral y aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer, así como de muchas otras condiciones psiquiátricas y cognitivas", explicó el médico Daniel Amen, autor principal de la investigación, citado por Science Daily.
El objetivo del estudio era medir el flujo sanguíneo y la actividad cerebral y compararlos con el peso corporal de los individuos. Un flujo sanguíneo cerebral bajo es el principal predictor de que una persona desarrollará la enfermedad de Alzheimer en el futuro. También se asocia con depresión, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), trastorno bipolar, esquizofrenia, adicción, suicidio y otras afecciones, detalló el medio.
Los científicos descubrieron que el flujo de la sangre en el cerebro se reduce progresivamente en prácticamente todas las regiones del cerebro lo más obesos sean los individuos. Eso se observó tanto cuando los participantes se encontraban en estado de reposo, como cuando realizaban una tarea de concentración.
Para el médico y académico George Perry, editor de la revista Alzheimer's Disease, entender que la enfermedad de Alzheimer está relacionada con el estilo de vida y "es la suma de toda una vida" puede ser considerado "el avance más importante de la década".
La investigación destaca la necesidad de abordar la obesidad como un blanco en las intervenciones diseñadas para mejorar la función cerebral, ya sean iniciativas para la prevención de la enfermedad de Alzheimer o intentos de optimizar la cognición entre los miembros más jóvenes de la población.
Según Amen, pese a que los resultados encontrados en el marco del estudio son preocupantes, las funciones cerebrales pueden ser mejoradas a través de la adopción de una dieta equilibrada y ejercicio regular.