El anuncio lo hizo este 11 de agosto el presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión telemática con sus ministros.
La vacuna desarrollada por el laboratorio Gamaleya, con sede en Moscú, y denominada Sputnik V llega en momentos en que los contagios en el mundo superan los 20 millones, según datos de la universidad privada estadounidense Johns Hopkins.
Putin agradeció a todos los científicos que trabajaron en la creación de la vacuna, catalogando el acontecimiento como "un primer paso, muy importante para Rusia y el mundo entero".
El ministro de Salud del país, Mijaíl Murashko, confirmó que la vacuna mostró durante las pruebas clínicas en los voluntarios su alta eficacia y seguridad.
El 18 de junio se administró la primera dosis de la vacuna experimental a los primeros voluntarios, militares del Ejército, que se sometieron a un chequeo exhaustivo antes de las pruebas. Veintiún días después se les inoculó la segunda dosis sin que se registraran efectos secundarios. Todo ese periodo estuvieron en observación médica.
El mundo atento a la vacuna
Más de una veintena de países ya se han asegurado 1.000 millones de dosis de la vacuna de Gamaleya. La propia Rusia tiene capacidad para producir 500 millones de dosis anuales y actualmente baraja fabricar la sustancia en plantas farmacéuticas de otros países. En particular, en América Latina se podrían encargar centros de producción de Brasil y Cuba, según lo adelantaba este 11 de agosto Kiril Dmítriev, presidente del Fondo Ruso de Inversión Directa (RFPI), que financió el desarrollo del antídoto.
El RFPI avanzó que Gamaleya publicará pronto la información completa sobre los resultados de las tres fases de los ensayos. Precisamente, algunos países que también trabajan en una vacuna contra el coronavirus habían puesto en duda la eficacia de la sustancia rusa debido a los pocos datos que se han filtrado al respecto.
Carrera contra COVID-19
El laboratorio Gamaleya no es la única institución de Rusia que trabaja en una vacuna. En la carrera participan compañías biotecnológicas, institutos de investigación y las universidades más prestigiosas del país, entre ellos Vector de Novosibirsk, la Universidad Lomonósov de Moscú, el Instituto de Vacunas de San Petersburgo, el Centro de Investigaciones y Desarrollo de Sustancias Inmunobiológicas Chumakov, la Universidad de Kazán, el Instituto de Genética Vavílov y otros.
Por Kiril Dmítriev
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) August 11, 2020
Este artículo de opinión, que cuenta la historia detrás de la creación de la vacuna rusa contra el COVID-19, ha sido rechazado por todos los principales medios de comunicación occidentales. Ahora puedes leerlo aquí en @SputnikMundo 👇https://t.co/8SfOGqx095
En China, el país que detectó por primera vez el nuevo coronavirus, continúan los ensayos el Instituto de Wuhan, la compañía Sinovac Research & Development, el laboratorio Zhifei Long Kema y la empresa CanSino Biologics.
En Estados Unidos, actualmente el principal foco de contagio en el mundo, el Gobierno del presidente Donald Trump lanzó en mayo la operación Warp Speed, un proyecto conjunto del Departamento de Salud y el Pentágono que busca producir 300 dosis de una vacuna contra el coronavirus.
Alemania, Francia, Reino Unido, Singapur, Tailandia, la India, Japón, Corea del Sur, Australia y otros países continúan la búsqueda de su propia vacuna contra el coronavirus, algunos con más éxitos que otros, mientras tanto los contagios y las muertes siguen aumentando sin tregua en el mundo.