El 9 de agosto Bielorrusia celebró las elecciones presidenciales.
De acuerdo a la Comisión Electoral Central, el actual presidente Alexandr Lukashenko acaparó el 81,35% de los votos.
Tras el cierre de las mesas electorales, numerosas personas se echaron a la calle en Minsk y otras ciudades para expresar su descontento con el recuento oficial, lo que derivó en enfrentamientos con la Policía. Decenas de personas resultaron heridas y fueron llevadas a hospitales.
La noche del 10 de agosto se marcó por unos nuevos enfrentamientos en las calles.