La Policía comenzó a usar gas lacrimógeno después de que las protestas se intensificasen nuevamente cerca del edificio del Parlamento.
Según la Agencia Macional de Noticias, los manifestantes asaltaron los edificios de los ministerios de Trabajo y de Asuntos de Refugiados.
Según los canales de televisión libaneses, se produjo un incendio en la entrada a la plaza del Parlamento cuando multitudes de manifestantes trataron de entrar en la zona acordonada.
El 8 de agosto los ciudadanos que exigían la dimisión del Gobierno se enfrentaron con las fuerzas de seguridad.
Los edificios de varios ministerios fueron tomados por los protestantes, que posteriormente fueron desalojados por el Ejército del país.
En medio de los disturbios, el primer ministro libanés planteó la posibilidad de adelantar las elecciones parlamentarias, alegando que el Gobierno del país "no se aferra al poder y quiere una solución nacional para salvar al Líbano".
Las protestas sacudieron la nación después de que una fuerte explosión tuviese lugar en el puerto de Beirut, afectando a gran parte de la urbe.