"Puede ser que, por ventura, yo haya mandado a Queiroz pagar alguna cuenta mía; tomo mi dinero, se lo doy, él va al banco y lo paga; querer vincular eso a una especie de esquema que yo tenga con Queiroz es como criminalizar a cualquier secretario que paga una cuenta de su jefe en el banco; ¿no puedo mandar que nadie pague una cuenta mía en el banco?", afirmó el hijo del presidente.
La Fiscalía investiga a Flávio Bolsonaro porque supuestamente habría montado un esquema de lavado de dinero cuando era diputado estadual en la Asamblea de Río de Janeiro; su exasesor Queiroz se encargaría de recopilar parte del salario de sus otros asesores, un dinero que iría a parar a Flávio, en una práctica que en Brasil se conoce como 'rachadinha' y que supone desviar dinero público.
Flávio Bolsonaro remarcó que no hay "ninguna ilegalidad", que lleva una vida simple y que todo su patrimonio lo conquistó con su trabajo como parlamentario, el que realiza desde hace casi 20 años.
Respecto a las personas que hacían depósitos en la cuenta de Queiroz, Flávio Bolsonaro afirmó que quizá fue "un poco relajado" al no fijarse en eso, porque delegó bastante, y añadió que si supiera que él estaba haciendo eso "jamás habría estado de acuerdo".
Además, considera que está siendo perseguido injustamente.
"Es desproporcionado lo que la Fiscalía quiere hacer conmigo y la proyección que eso tiene en la prensa, por el simple hecho de yo ser hijo del presidente; si no fuera por eso, si te descuidas, ya hubieran archivado la investigación por el principio de insignificancia", dijo.
El senador también considera que dentro de la operación Lava Jato hay "algunas personas" con intereses políticos y financieros, y negó que la lucha contra la corrupción se haya visto mermada con la salida del Gobierno del exministro de Justicia y exjuez Sérgio Moro, uno de los líderes de esa operación.
"Él no faltó con su parte de financiar e intermediar el envío de un montón de respiradores y equipamientos de protección para estados y municipios; eso no es minimizar, pero el presidente tampoco se curva a lo políticamente correcto", aseguró.
Brasil es el segundo país del mundo más afectado por la pandemia, tan sólo por detrás de EEUU; ya acumula más de 2,8 millones de casos confirmados y en los próximos días podría llegar a los 100.000 muertos.