Los campos magnéticos que emanan de la superficie terrestre varían en intensidad, y los llamados mapas de anomalías magnéticas de esos campos existen desde hace años.
Sin embargo, cambiar el GPS por los campos magnéticos no es fácil, admite el autor del artículo.
A diferencia de una señal clara y nítida desde el espacio, los factores como las operaciones eléctricas del propio avión pueden afectar la capacidad de un sensor para detectar la fuerza del campo, explica.
Por lo tanto, un nuevo estudio propone utilizar la inteligencia artificial para eliminar el ruido de las lecturas del sensor y permitir una mejor señal y más precisión.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 14, 2020
Los investigadores de la comunidad del Acelerador de Inteligencia Artificial de la Fuerza Aérea y el MIT, demostraron en su reciente trabajo que las lecturas del campo magnético pueden ser precisas hasta 10 metros, algo menos que los tres metros de precisión del GPSos. Pero las lecturas de los magnetómetros son mucho menos fáciles de interferir que las señales del GPS.
Debido al tamaño de la Tierra y al campo magnético, se necesita mucho para interferir una señal proveniente de la Tierra. Por lo tanto, el llamado sistema MAGNAV sería vulnerable solo a las interferencias de escala de explosión nuclear, asegura el medio con referencia a unos especialistas.