El documento incluye entrevistas con más de 50 participantes en las protestas desencadenadas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la Policía norteamericana en mayo pasado.
"El uso excesivo e inadecuado de la fuerza policial es muestra de racismo sistemático y de impunidad, contra lo cual estaba manifestándose la gente. El estudio indica que las personas que ejercitaron su derecho a protesta pacífica tropezaron con la violencia", dijo Ernest Coverson, director de la campaña 'No más violencia con armas de fuego' en Amnistía Internacional.
De acuerdo al informe publicado, entre el 26 de mayo y el 5 de junio en EEUU se registraron 8 casos de uso de porras de goma por la Policía y 13 casos de uso de armas de energía cinética (balas de goma).
"El uso de gas lacrimógeno en medio de la pandemia del COVID-19 es un atropello, los manifestantes salieron a las calles con las mascarillas puestas e intentando observar la distancia de seguridad recomendada, pero fueron recibidos con gases lacrimógeno y pimienta, con lo que crece el riesgo de enfermedades respiratorias", declaró.
Las protestas estallaron en Washington, Portland y otras ciudades de EEUU después de la muerte el 25 de mayo del afroamericano George Floyd, mientras se encontraba bajo custodia policial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, en varias ocasiones envió a las fuerzas federales a Portland para sofocar las protestas.