En España, la propuesta del Gobierno pasa por crear una 'vuelta al cole' completamente presencial y con alumnos que no deberán guardar distancia de seguridad entre sí.
Para ello se propone la creación de grupos reducidos —de unos 20 alumnos— que actuarían a modo de "burbujas": los alumnos solo tendrían contacto con otros pupilos de su mismo grupo y con un círculo muy estrecho de personal docente.
En esa entrevista la ministra dejó claras sus intenciones: sea cual sea la situación epidemiológica, la presencialidad de los centros educativos es "un objetivo irrenunciable" para el Gobierno, sobre todo cuando se trate de los alumnos más pequeños.
"La presencialidad será el concepto general. Si algo hemos aprendido de la pandemia es que, además de que la escuela es insustituible, los resultados de la presencialidad son también insustituibles, particularmente en educación infantil y primaria", añadió.
Recelos
El Ministerio de Educación fijó estos principios básicos ya a principios de junio, pero ahora estos planes se ven cuestionados por el deterioro de la situación epidemiológica, aunque el Gobierno insiste en su intención de seguir adelante con ellos.
A medida que se acerca la fecha de reapertura de los colegios, los contagios no paran de crecer en el país. Solo este 3 de agosto se reportó la detección de 968 nuevos casos de COVID-19 en las últimas 24 horas. La incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 62,9 casos por cada 100.000 habitantes, cuando hace exactamente un mes —el 3 de julio— era solo de 8,7 casos.
Además, en muchos casos, la perspectiva de crear grupos reducidos se antoja una casi utópica.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, denuncia que "los centros educativos carecen de personal, protocolos, ni recursos" para ejecutar los planes del Gobierno.
El Gobierno anunció ya que en el mes de septiembre se repartirán 2.000 millones de euros entre las comunidades autónomas para promover programas de ayudas a la educación.
Asimismo, pese a la apuesta del Gobierno por la presencialidad, se usarán fondos europeos para distribuir 500.000 dispositivos electrónicos entre niños vulnerables, por lo que estos alumnos quedarán equipados para trabajar desde casa si la situación así lo requiere.
Desde CEAPA —la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado— valoraron positivamente estos planes, pero siguen mostrando "inquietud" ante las condiciones sanitarias de la vuelta a las aulas.
Diferencias por territorios
A la complicada situación sanitaria se une que en España las competencias de educación están transferidas a las comunidades autónomas, por lo que, pese a la existencia de unas guías básicas, cada territorio podrá diseñar sus propios protocolos, creando escenarios muy diversos.
Por su parte, Aragón, el territorio más afectado por los rebrotes desde que terminó el estado de alarma, también se prepara para la presencialidad, pero al mismo tiempo trabaja en "herramientas auxiliares" para las zonas sometidas a mayores restricciones.
Mientras que la mayor parte de los territorios lo descartan, Castilla y León plantea el uso de mascarillas en los alumnos mayores de siete años siempre que no se pueda guardar la distancia de seguridad, una medida que Cantabria aplicará desde los seis años.
En un intento por homogeneizar la lucha contra el virus en las escuelas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocará a lo largo de agosto a todos los presidentes autonómicos para preparar de forma conjunta el inicio de las clases.
Movilizaciones
En algunos territorios esta vuelta al cole se avecina especialmente caliente. La Marea Verde, una plataforma en defensa de la educación pública, ya ha diseñado un calendario de movilizaciones en Madrid.
A su modo de ver se deben "establecer protocolos sanitarios en los centros y aumentar la financiación", todo ello con la vista puesta en "no volver a dejar atrás al alumnado más vulnerable".
"Lejos de tomar en cuenta estas medidas, la Comunidad de Madrid ha anunciado hace apenas unos días su intención de no aumentar la plantilla docente para el siguiente curso (…) Una vez más la Comunidad de Madrid se sitúa a la cola en cuanto a inversión pública y refuerzo de la educación", denuncia la Marea Verde en un comunicado.
La incertidumbre que deja el aumento de los contagios y los recelos de la comunidad educativa sobre las medidas sanitarias arrojan una sombra de duda sobre la capacidad de llevar a cabo la vuelta a clase presencial que todos desean.
Pese a ello, la ministra Celaa se mostró contundente: "No tengan dudas, porque tal y como hemos acordado con las comunidades autónomas, el curso comenzará en septiembre".