"Las estimaciones dan que el pico de casos será para finales de agosto y hasta la primera quincena de septiembre; nos estamos aproximando a lo peor: en el pico vamos a tener el mayor registro de casos y de fallecimientos", dijo Prieto a Sputnik.
Bolivia superó el 30 de julio los 75.000 casos de COVID-19, con 1.700 nuevos contagios reportados por el Ministerio de Salud.
En las últimas 24 horas, la pandemia se ha cobrado la vida de 86 personas.
"Nosotros nos encontramos en una pandemia de expansión comunitaria, la mayoría de las regiones del país han pasado ya de la tercera a la cuarta fase; en algunas estamos llegando a la saturación, como es Santa Cruz, que va a entrar en una meseta", dijo Prieto.
El funcionario explicó que Bolivia tiene lugares con expansión acelerada, como son La Paz y Cochabamba.
"Tenemos también la tasa de recuperación baja, la letalidad está cerca del 4%, cuando antes nos hemos mantenido entre 2,8% y 3%", agregó.
Hasta unas semanas, la situación de Bolivia era "bastante expectante" en comparación con el resto de los países de América Latina, con "mucho menor" registro que Perú, Chile o Brasil.
"Sin embargo, ahora se empezó acelerar la situación en nuestro país", reconoció el director nacional de Epidemiología.
Reporte forense
El 22 de julio, el servicio forense de Bolivia registró fuera de hospitales más de 3.000 decesos de sospechosos o enfermos confirmados de COVID-19, aproximadamente 50% más que la cifra oficial nacional de fallecimientos por la pandemia.
Al respecto, Prieto sostuvo que no existe una "falta de registro muy grande".
"Hemos tenidos falencias en los reactivos y probablemente las cifras que nos proporcionan los laboratorios no son completamente reales, pero no es una falta de registro muy grande, está en una estimación que se va a superar", afirmó.
La mayor parte de esos decesos no estaba consignado en los reportes oficiales y los servicios sanitarios no hicieron post-mortem de los sospechosos, dijo la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, que hizo los levantamientos legales de los restos.
El Gobierno de Bolivia comenzó los trámites para importar oxígeno desde Uruguay o Estados Unidos, debido a la alta demanda que hay en el país para enfrentar el COVID-19, informó Prieto al medio local Unitel, dijo el diario local El Deber.
El jefe nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud dijo que la población comenzó a comprar tubos de oxígeno lo que provocó la escasez.
