Uno de los primeros y de los más letales golpes que dio la pandemia de COVID-19 fue la paralización de la actividad turística internacional y, con esto, la paralización de los vuelos comerciales.
Según un estudio dirigido por Vicki Stover Hertzberg, bioestadística de la Universidad Emory en Atlanta, junto con un equipo de especialistas en matemática y medicina, el riesgo de contagiarse de enfermedades respiratorias es alto para los pasajeros sentados a menos de un metro de una persona infectada, y poco probable para aquellos que están a mayor distancia.
Como ha sido reiterado por autoridades médicas y políticas, la enfermedad COVID-19 es más contagiosa que un resfriado corriente, y la distancia que se recomienda mantener con otras personas son dos metros.
Para los vuelos que están actualmente en funcionamiento, ya hay protocolos sanitarios elaborados por la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), con medidas que apuntan a la seguridad de los pasajeros y del personal de las aerolíneas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, ha recomendado mantener la "higiene personal, las precauciones al toser y el mantener un metro de separación de las personas que presentan síntomas".
Al igual que el resto de las actividades que están reabriendo, como los centros comerciales, el fútbol o la cultura, los riesgos han de ser contemplados a través de las medidas sanitarias pertinentes aunque, como en otros rubros, no puedan eliminarse en su totalidad.