"Es un recetario de lujo, con fotografías de altísima calidad, pero destinado a personas normales que tienen hambre y no tienen nevera. O sí la tienen, pero está vacía", apunta la escritora y corresponsal en Londres del grupo español de radio y televisión C.O.P.E.
Contra la hambruna
Cocinar para otros destaca en la lista de publicaciones del portal de alimentación Webos Fritos desde días después de su lanzamiento digital en junio.
Estaban las dos confinadas en sus respectivos hogares, en Londres y la localidad española de Guadalajara, y se sintieron "impotentes ante el hambre que se avecinaba" en esta crisis sanitaria y económica global sin precedentes en tiempos modernos.
"Esta pandemia deja un rastro que salta a la vista: las filas del hambre. Hasta ahora, en otras crisis económicas, la solidaridad se multiplicaba de forma más discreta y cada uno se buscaba la vida en comedores sociales o con menús baratos. Pero, hoy por hoy, eso de abrir locales o comedores sociales es todavía impensable. Las medidas higiénicas y la distancia obligatoria ya lo hacen difícil, pero, además, los espacios cerrados multiplican el riesgo de contagio", señala la periodista por correo electrónico.
Raciones grandes o pequeñas
Así, agrega, "el táper se ha impuesto" como herramienta para paliar el hambre durante la pandemia del COVID-19.
El tercer eje de la colaboración lo conforma el arquitecto Jesús Cerezo, quien aportó las fotografías y una fórmula matemática conectada a cada receta que permite cocinar más o menos raciones del mismo menú sin miedo a calcular mal la cantidad necesaria de los distintos ingredientes.
"Este manual de recetas está pensado para no quedárselo y, de hecho, nació para ayudar a ayudar. Inicialmente, a todas aquellas personas que están sufriendo las consecuencias de la crisis económica y social provocada por el coronavirus. Pero está creciendo como si tuviera vida propia", afirman los coautores.
Para la corresponsal de la COPE lo importante es "facilitarle las cosas a las manos generosas que tengan ganas de alimentar al vecino de enfrente, a la familia del piso de abajo que se merece un domingo de plato caliente, al inmigrante que duerme en el parque, comiendo lo que va improvisando al día, a esos feligreses que antes eran voluntarios y ahora pobres vergonzantes. A los sintecho. A los adictos. A los arruinados".
Pobreza extendida
García Ovejero observa con alarma que la "mitad de los pobres del Reino Unido son personas que tienen trabajo o viven en una familia donde hay ingresos: ganan dinero, pero pasan hambre".
A los tres amigos virtuales —aún no se conocen presencialmente— les une el lema de que "mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas" pueden "cambiar el mundo".
Descarga y comparte
Los menús van desde platos típicos castellanos, como las lentejas con verdura y chorizo, o las universales patatas asadas con lo que se tenga y clásicos como el cerdo asado con salsa de pimientos y champiñones encebollados con carne.
Rico, barato y sencillo
Cada receta cumple cuatro requisitos: es barata, se puede transportar fácilmente, es fácil de elaborar en grandes cantidades y es plato único con todos los nutrientes de hidratos, proteínas y vitaminas, según puntualizan los coautores.
"El hambre en la calle es galopante y ya ni siquiera la comida basura es un recurso", agrega García Ovejero con inquietud.
El hambre sube por quinto año consecutivo en América Latina 👇 https://t.co/SxN6DM9cXP
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) July 13, 2020
Precisamente, un informe elaborado por encargo del Ejecutivo conservador británico recomienda garantizar una comida al día gratuita a 1.5 millones de escolares adicionales porque "uno de los miserables legados del COVID-19 muy posiblemente será un aumento dramático del desempleo y la pobreza; y por tanto, de la hambruna".