Rusia y China son dos grandes potencias en lo que respecta a armamento de Defensa, y EEUU es consciente de ello, tal y como se puede deducir de la información compartida por el sitio web del Pentágono.
"China y Rusia están desarrollando sistemas de defensa antimisiles cada vez más potentes y numerosos, y los están integrando en sus estrategias de defensa en su competición con Estados Unidos", dijo un funcionario del Pentágono.
La doctrina militar de EEUU supone que el país mantendrá una superioridad aérea sobre cualquiera de sus potenciales enemigos. Esta estrategia se enmarca en los estudios del exdirector del Colegio de Comando Aéreo y Estado Mayor de EEUU (ACSC), el coronel John A. Warden. El militar ahora retirado afirma que "desde la invasión alemana de Polonia en 1939, ningún país ha ganado una guerra frente a un enemigo con superioridad aérea, ninguna ofensiva ha triunfado frente a un oponente que controlase el aire y ninguna defensa ha podido realizarse con éxito frente a un enemigo con superioridad aérea".
Es por eso que cualquier iniciativa, aunque sea puramente defensiva, que haga peligrar la superioridad aérea de EEUU, es vista por EEUU como una amenaza a la seguridad nacional.
El nuevo, pero experimentado escudo antimisiles de Rusia
Rusia tiene una larga tradición de producción de misiles antibalísticos. Durante la Guerra Fría, la URSS contaba con un anillo de baterías de misiles antibalísticos alrededor de Moscú, recuerda el Departamento de Defensa de EEUU. El país ha heredado e incluido en su sistema antimisiles balísticos A-135, en servicio desde 1995.
Pero la gran baza de Moscú en defensa antimisiles en este momento es, sin duda, el S-500 Prometéi. Se trata de un sistema de misiles antiaéreos tierra-aire con capacidad antibalística que superó con éxito las pruebas técnicas en 2019. Para 2025, cuando entre en servicio activo, se espera que el sistema pueda no solo derribar ojivas de misiles intercontinentales, sino también satélites y armas situadas en la órbita terrestre baja.
La gran muralla antiaérea que China se dispone a levantar
El otro país cuyos movimientos en materia de defensa ocupan un lugar cada vez mayor en la agenda estadounidense es China.
"Los chinos ven la defensa antimisiles como una pieza clave de sus ambiciones militares. Las Fuerzas Aéreas del Ejército de Liberación Popular están acelerando la transición de sus tareas de la defensa antiaérea territorial a operaciones tanto ofensivas como defensivas", dice el portal del Departamento de Defensa de EEUU.
Uno de esos sistemas chinos en desarrollo es el HQ-19, programado para empezar a funcionar interceptando misiles balísticos de medio rango a partir del 2021. El país asiático también está trabajando en un interceptor que funcionarios estadounidenses creen que podría empezar a operar este mismo año y que se podría adaptar para detener misiles intercontinentales o misiles balísticos lanzados desde submarinos.
El organismo considera que, con sus sistemas de defensa antimisiles, EEUU "está en posición de defenderse de lanzamientos accidentales o de ataques de parte de estados villanos, como Irán o Corea del Norte".