"El Gobierno transitorio será el único responsable de los conflictos que puedan ocurrir si se produce una nueva postergación de las elecciones", dijo a reporteros Segundina Flores, líder de la Confederación de Mujeres Indígenas y Campesinas "Bartolina Sisa".
La advertencia surgió horas después de que la presidenta y candidata Jeanine Áñez, quien propugna un nuevo aplazamiento de los comicios, dijera que acatará una decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) sobre la fecha de los comicios, pese a que ese organismo fijó ya la votación para el 6 de septiembre.
Las elecciones convocadas para el 3 de mayo han sido aplazadas dos veces a causa de la pandemia de coronavirus y la nueva fecha resultó de un amplio acuerdo político promovido por el TSE, que el frente político hoy oficialista, Juntos, y otras fuerzas conservadoras pretenden modificar arguyendo un riesgo de contagio masivo de COVID-19.
"La decisión de elecciones el 6 de septiembre ya está tomada, se basa en una ley, y no vamos a permitir un nuevo aplazamiento que sería para porrogar al Gobierno transitorio que no ha podido enfrentar la pandemia", afirmó la dirigente campesina.
Ratificó una declaración emitida el día anterior por el Pacto de Unidad, declarando el estado de emergencia a partir del 23 de julio en defensa del calendario electoral.
"Si no se llevan adelante las elecciones el 6 de septiembre, el pueblo se movilizará en las calles y el Gobierno será responsable, pero no se puede permitir que se agrave cada día más la crisis económica de las familias que están en las calles arriesgando sus vidas en medio de la pandemia", insistió Flores.
Áñez sugirió el 22 de julio en la noche, en entrevista con una red privada de televisión, que el TSE podría posponer otra vez las elecciones en consideración del sostenido avance de la pandemia, que alcanzaría su pico de contagios en días cercanos al 6 de septiembre.
Agregó que las elecciones deberían realizarse cuando los bolivianos "no se sientan en peligro de ir a las urnas".
El Gobierno ha modificado varias creces su expectativa de máximo impacto de la pandemia y su más reciente pronóstico apunta a un pico de contagios a fines de agosto o principios de septiembre, cuando Bolivia acumularía hasta 140.000 casos de COVID-19.