"Para Ayasofya [nombre turco de Santa Sofía] se designaron tres imanes —Mehmet Boynukalin, Ferruh Mustuer y Bunyamin Topcuoglu— y cinco almuédanos", dijo Erbas a los periodistas.
Añadió que Boynukalin es profesor de la Facultad de Teología de la Universidad del Mármara de Estambul, mientras que Mustuer, de origen bosnio, y Topcuoglu, han sido reconocidos como mejores lectores del Corán en concursos internacionales.
El 10 de julio, el Consejo de Estado de Turquía (también llamado Tribunal Supremo Administrativo) anuló la decisión de 1934 que convirtió Santa Sofía en un museo.
La decisión de reconvertir Santa Sofía en una mezquita provocó fuertes críticas de numerosos países y organismos internacionales.
La basílica de Santa Sofía fue fundada por el emperador cristiano Justiniano y se inauguró el 27 de diciembre de 537.
Durante más de 1.000 años fue el templo más grande de la Cristiandad, pero, después de la toma de Constantinopla por los otomanos y la caída del Imperio bizantino en 1453, la basílica se convirtió en una mezquita.
En 1934, el fundador del Estado turco moderno, Kemal Ataturk, firmó un decreto para convertir el edificio en un museo, que se inauguró al año siguiente. En 1985, el templo fue incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.