"De los 39,8 millones de niños niñas y adolescentes en el país un 63% de menores entre 1 y 14 años de edad han sufrido algún tipo de violencia en el hogar", dijo Skoog al presentar el informe.
El documento contiene los resultados de las acciones a favor de la infancia y adolescencia, y los desafíos a los que se enfrenta esta población en el contexto de la pandemia de COVID-19.
Entre los hallazgos el reporte del organismo de la ONU para la infancia señala que "un 80% de los niños de primaria no alcanza los aprendizajes esperados para su nivel educativo".
Por otra parte, la investigación encontró que "18% de los niños menores de 5 años no tienen adecuado nivel de desarrollo" y que "49,6 viven en situación de pobreza".
El informe reconoce que México "ha realizado importantes esfuerzos para asegurar y generar condiciones óptimas de desarrollo y bienestar para cada niña, niño y adolescente".
Sin embargo, señala que "aún persiste un gran número de desafíos: por ejemplo, eliminar la violencia en contra niñas, niños y adolescentes, garantizar un trato humano y digno a toda la infancia y adolescencia migrante y reducir los índices de sobrepeso y obesidad" que afectan la vida de los menores niñas y niños.
Sufrimiento de los niños migranes
Al ver el incremento de los flujos migratorios en las fronteras norte y sur del país, Unicef abrió por primera vez desde su llegada a México en 1954, dos oficinas en el terreno "dedicadas a atender las necesidades de protección especial de miles de niñas, niños y adolescentes migrantes, que abandonaron sus lugares de origen en busca de un mejor futuro", detalla el reporte.
Esto ha provocado un flujo migratorio sin igual entre la frontera sur y norte de México.
"Tan solo en 2019, las autoridades migratorias mexicanas detectaron a 51.999 niñas, niños y adolescentes migrantes, de los cuales 23% viajaban solos", detalla Unicef.
Al terminar el programa de cooperación 2014-2019 en el país y Unicef diseñó uno nuevo para el periodo 2020-2025, que delinea "nuevos compromisos y con la visión de construir una nueva generación de adolescentes".
La violencia "es una problemática que no conoce fronteras" y se ha convertido en uno de los factores que ha orillado a miles de personas centroamericanas a dejar sus países de origen.
La gran cantidad de personas que cruzaron México para ir en busca de un mejor futuro en EEUU hizo necesaria una atención en los sitios de mayor afluencia.
"Esta situación se agravó con la implementación del Protocolo de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), que obligó a 59.236 migrantes a esperar en México, mientras su solicitud de asilo hecha en los EEUU es atendida", detalla la organización.
Ante este panorama, Unicef abrió dos oficinas en ambas fronteras: una oficina en la frontera norte con EEUU (Tijuana, Baja California) y otra en la frontera sur (Tapachula, Chiapas), fronteriza con Guatemala.
Como resultado de la labor de estas oficinas, se han gestionado 817 casos y se ha brindado atención psicosocial a 19.769 niñas, niños y adolescentes migrantes.