Arena fina, ya sea blanca o negra. Aguas cristalinas, donde el azul predomina y sobre las cuales los barcos parecen flotar. Montaña, bosque o matorral que se aposenta justo detrás del arenal. La idílica imagen de las playas españolas, independientemente de estar bañadas por el Atlántico, el Mediterráneo o el Cantábrico.
Pueblos y ciudades de todo el litoral esperan con emoción colocar alguna en sus arenales o puertos. Es un signo de calidad y por ende una manera de llamar la atención de futuros visitantes. Este año, en plena pandemia de coronavirus, la Comunidad Valenciana es la región española que más Banderas Azules recibe, en concreto 134. España, un año más, repite como el país que atesora el mayor número de estas distinciones. En total 688, 589 para playas, cinco en embarcaciones sostenibles y 98 para puertos deportivos.
Ecologistas en Acción es quien distribuye anualmente las Banderas Negras. Dos para cada provincia, incluidas Ceuta y Melilla, una por contaminación y otra por mala gestión ambiental. Para ello, la organización estudia los 8.000 kilómetros de lista y selecciona los 48 peores emplazamientos costeros. Y por limitar el número.
"Porque es inviable realizar un informe tan largo, pero podríamos repartir muchas más banderas", destaca Clara Megías, coordinadora del informe de las Banderas Negras, a Sputnik Mundo.
Las 48 banderas de 2020
Los problemas que afectan a la costa son diversos. Su incidencia es lo que determina que un lugar reciba la Bandera Negra. "La erosión costera, las obras de litoral, los vertidos de aguas residuales, la masificación por cruceros, la acumulación de basuras, el urbanismo, las zonas industriales, las afecciones portuarias o las afecciones a la biodiversidad son algunas de las problemáticas que analizamos", enumera Megías.
Según el informe de 2020, los vertidos de aguas sin depurar fue el asunto que más 'medallas' otorgó. 19 puntos del litoral español, casi la mitad, recibieron su bandera por el mal tratamiento de este tipo de residuos. "Lo que más denunciamos es la depuración y saneamiento de aguas residuales. Principalmente, porque se vierte directamente al mar o porque las empresas o entidades que lo hacen no cuentan con instalaciones o con el programa de tratamiento de aguas necesario para depurar".
"Es un problema antiguo y desde hace dos años estamos pagando sanciones a la Unión Europea. En total, ya hemos dado 32 millones de euros", remarca la activista.
En cuanto al resto, ocho provienen de la especulación urbanística, seis por afecciones industriales, seis por puertos y cruceros impactantes, cinco por erosión costera y obras, dos por afecciones a la biodiversidad, una por acumulación de basuras y otra por varios motivos que perjudican su estado de conservación.
En algunos casos, hay arenales y puertos que vuelven a repetir 'galardón'. Por ejemplo, el Mar Menor, cuya situación límite por la contaminación agrícola le hace volver a aparecer en el listado. Le acompañan también en 2020 el sistema de saneamiento de Gijón, necesitado de una depuradora en la zona este de la ciudad; el proyecto del puerto de la Fonsalía en Santa Cruz de Tenerife, ubicado en una Zona de Especial Conservación; o las plantas industriales de Alcoa y Ence, situadas en Galicia y denunciadas por Ecologistas en Acción como grandes contaminantes del mar.
Este es el decimoquinto informe que realiza Ecologistas en Acción sobre el estado de las costas españolas. Motivo por el cual han querido recordar algunos de los problemas que se han solucionado y que fueron motivo de bandera. De forma parcial, se ha resuelto el rastrillado de las calas del Paraje Natural de los Acantilados del Maro, en Málaga. También consiguieron paralizar los proyectos de los puertos deportivos de San Vicente, en Cantabria; la ampliación del de El Molinar, en Baleares, o el del puerto de Melilla. Además, destacan el cierre de la tarraconense fábrica de Ercros, origen de los vertidos al pantano de Flix o la sentencia del Tribunal Constitucional que impidió la construcción de una macrourbanización en la llanura de la Marina de Cope, situada en Murcia.
La mayor parte de las situaciones denunciadas en estos años en #BanderasNegras no se han resuelto de manera favorable. Pero otras sí, como la ampliación del puerto deportivo de El Molinar (Baleares) o la ampliación del puerto de Melilla, ambos proyectos abandonados. pic.twitter.com/ZnaAdSP1pa
— Ecologistas en Acción (@ecologistas) June 30, 2020
La biodiversidad en primera línea
El daño a las especies de la costa es uno de los asuntos más destacados en el informe de 2020. La organización, bajo el lema "Sin Biodiversidad no hay vida", ha querido recordar la importancia de la vida litoral. "La biodiversidad de las costas a veces se trata por encima. Incluso, muchas veces, la biodiversidad costera se olvida, a diferencia de la exclusivamente marina o terrestre", recuerda Megías.
La extinción de especies es un golpe contra la biodiversidad y a su vez contra las propias playas. De la misma manera, la contaminación o alteración de los arenales también entraña un grave peligro para los seres vivos que allí habitan. "Si afectas a la playa, afectas a la biodiversidad. Y al revés igual. Por ejemplo, en el tema de posidonia. Los fondeos ilegales o aumento de sólidos en el mar, que bloquean la luz, provocan la muerte de la planta, lo que contribuye a la pérdida de sedimentos de la playa y a su erosión. Por otro lado, la destrucción de los cordones dunares, como podría darse en el caso de la construcción del hotel de la Tejita en Tenerife, lo que haces es destrozar una parte de la playa. De esta forma, acabas con el hábitat de múltiples especies", explica la coordinadora del informe.
Desde Ecologistas en Acción llevan varios años denunciando que el modelo actual que se aplica en la costa, en el que el medio ambiente está en un segundo plano, no es la mejor forma de encarar el futuro del país.
"Es pan para hoy, hambre para mañana. Estás destrozando la materia prima de la que es tu fuente principal económica que es el turismo", afirma Megías.
Que la economía prime sobre el resto es uno de los mayores temores de la organización. Y más ahora, cuando el coronavirus ha provocado una gran crisis mundial. La pandemia no solo llena los fondos marinos de toneladas de mascarillas y guantes hechos de materiales no reciclables, suceso que también critican desde la organización, sino que también ha impulsado la desregulación urbanística. "Esta es la salida equivocada de la crisis social y económica", exponen en el informe de 2020.
Para mantener una costa sana, sigue la activista, hay que "solucionar muchos problemas". El litoral español es muy diferente y en cada rincón acecha un peligro distinto. Sin embargo, para Megías, hay que empezar por lo básico."Lo primero que hay que hacer es cumplir las normas de costas y de depuración de aguas. Además, hay que hacer casos a ingenieros, científicos, geólogos y geógrafos. El modelo actual es insostenible y hay que deconstruir el litoral. Solo hay que ver la manera en la que han afectado los últimos temporales a la costa española".
"No se puede tener una línea de costa llena de edificios", afirma la coordinadora del informe.
La Bandera Negra es un acto simbólico. No va a lucir en paseos marítimos ni arenales. El negro no va a ondear al viento. Pero es una advertencia. Un toque de atención para evitar que dicho color se expanda sobre el azul. No de las telas, sino de las aguas que pasan una y otra vez por televisión como marca España.
La nefasta gestión y desregulación en el desarrollo agroindustrial y urbanoturístico han puesto en jaque al #MarMenor. No solo ha tenido enormes consecuencias medioambientales sino también graves impactos socioeconómicos. #BanderasNegras2020#SinBiodiversidadNoHayVida pic.twitter.com/Xxleqdsqk9
— Ecologistas en Acción (@ecologistas) June 30, 2020