Hecho de látex, el condón femenino es muy similar en apariencia al masculino, con la diferencia de que es más grande y cuenta con dos aros de plástico en cada extremo, uno que se ajusta al fondo de la vagina de la mujer y el otro por fuera, en la vulva.
Este preservativo tiene una efectividad de entre un 96 y un 98%, igual que el masculino. En cuanto a la comodidad, al principio puede costar acostumbrarse a usarlo pero, según la ginecóloga, se puede integrar muy bien a la actividad sexual e incluso puede colocarse antes de que inicie la relación.
"Es bastante cómodo, bien usado no se siente ni causa ninguna incomodidad. De hecho, también debería usarse en mujeres que tienen sexo con otras mujeres para evitar las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Además de aprender a usarlo, hay que quitarle el estigma y el miedo", añadió la especialista.
Por último, reconoció que su acceso es limitado en comparación con el condón masculino. Actualmente solo se puede encontrar en tiendas en línea, sex shops o en consultorios de ginecólogos. Pero, para ella, el preservativo femenino es el método anticonceptivo que más protección ofrece.
"El tema de protegernos de enfermedades de transmisión sexual no lo tenemos tan interiorizado, casi siempre nos preocupamos más por el embarazo. Hoy en día tenemos alternativas para evitar un embarazo no deseado en caso de emergencia, pero las ETS solo las podemos evitar con métodos de barrera", concluyó Hernández.
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