El ministro del Interior de Serbia, Nebojsa Stefanovic, en una sesión informativa nocturna habló de diez policías heridos, de los que uno, según él, tenía fracturas en ambas piernas.
Durante las protestas en la noche del 7 al 8 de julio sufrieron heridas 43 policías y cerca de una veintena de civiles.
A su vez, el ministro de Defensa serbio, Aleksandar Vulin, atribuyó las violentas protestas de los últimos días a una intentona golpista que busca provocar una guerra civil.
"Tenemos una violencia terrible en las calles, tenemos un intento de golpe de Estado, tenemos un intento de tomar el poder por la fuerza y un intento de provocar una guerra civil en Serbia […] No hay ninguna razón para prender fuego a la Asamblea, prender fuego al ayuntamiento de Novi Sad, atacar a la policía, golpear a la gente en las calles, poner en peligro la vida y la propiedad de los ciudadanos serbios", cita el Ministerio de Defensa las declaraciones que Aleksandar Vulin hizo al canal TV Pink.
Los recientes acontecimientos, según el ministro, se inspiran en el odio hacia el presidente Aleksandar Vucic y no tienen nada que ver con la democracia ni con la crisis del coronavirus.
"Solo tienen que ver con una cosa: derrocar a Aleksandar Vucic. Si no podemos hacerlo en las urnas, hagámoslo en la calle. El mensaje de todo esto es derrocar al Gobierno en la calle, hacerlo con violencia, llevar a cabo un golpe de Estado", reafirmó.
La UE, preocupada por los disturbios
La UE sigue con preocupación los acontecimientos en la capital de Serbia sacudida por acciones antigubernamentales y disturbios, declaró la portavoz de la Comisión Europea de Ampliación y Vecindad, Ana Pisonero Hernández.
"Los sucesos en Serbia de los últimos dos días, que seguimos de cerca, son preocupantes, la protección de la vida y la salud de las personas debe ser la prioridad", dijo la portavoz.
A la vez subrayó que "las medidas restrictivas no deben afectar de manera desproporcionada los derechos y las libertades fundamentales" y deben ser temporales.
Llamó a respetar el derecho a protesta pacífica garantizando el orden público sin el uso desproporcionado de la fuerza.
El 8 de julio en varias ciudades de Serbia estallaron protestas antigubernamentales, los manifestantes expresaban descontento con la actuación de las autoridades ante la propagación del coronavirus en el país y exigieron que den información "verídica" sobre el número de las víctimas, también criticaron la política del presidente Aleksandar Vucic.
Según el canal de televisión RTS, fueron agredidos algunos de sus trabajadores. En la ciudad de Novi Sad unos malhechores rompieron la cámara y dañaron el brazo de un reportero gráfico; en Nis también rompieron una cámara a un grupo de rodaje e hirieron al camarógrafo en la cabeza.
Según el vicejefe de la Administración de Belgrado, Goran Vesic, solo las protestas de la última noche ocasionaron un daño material de más de 15 millones de dinares (cerca de 127.000 dólares).
"Contra los supuestos organizadores de las protestas se abrirán expedientes penales", escribió Vesic en Facebook.
En la mañana de este 9 de julio Belgrado volvió a una vida normal, los servicios comunales lograron limpiar casi por completo las calles en los alrededores del Parlamento.
En los momentos de disolución de las protestas, cuando por la ciudad circulaban autos de la Policía, vehículos blindados y agentes del orden público a caballo, las cafeterías estaban abiertas, en su interior había público y resonaba música.