A mediados de junio las autoridades norteamericanas aprobaron la venta a Kiev de 16 lanchas Mark VI, 32 cañones ligeros MSI Seahawk A2, 40 cañones Mk44 del calibre 30 mm y 20 radares óptico-electrónicos e infrarrojos. El contrato de venta de dichas lanchas corresponde a un monto total de 600 millones de dólares.
El Pentágono aseveró que el contrato corresponde a los intereses de la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos. Lo único que no queda claro es cómo a la seguridad nacional de Estados Unidos se pueden influir los eventos que suceden en otro continente.
Pero es verdad que EEUU busca socavar la seguridad nacional de Rusia con la venta de dichas lanchas a Kiev. EEUU ayuda a Ucrania a aumentar su agrupación naval en el mar de Azov con tal de retar la presencia rusa en Crimea. Según el Pentágono, el negocio de la venta de lanchas fortalecerá la capacidad de Ucrania de "repeler las amenazas actuales y futuras".
Sin duda, esta es una referencia a Rusia. Sin embargo, Ucrania en los últimos años ha sido el país que amenazó a la seguridad de Crimea.
En busca de la revancha
A partir del momento en que la población de Crimea votó por la reunificación con la Federación de Rusia en 2014, Ucrania ha tenido muchas ganas de hacer que Moscú devuelva la península pese a la voluntad de sus habitantes. Kiev ha recurrido a amenazas constantes e incluso hizo una provocación descarada.
Precisamente el estrecho de Kerch se convirtió en noviembre de 2018 en el escenario de un incidente: varias naves ucranianas trataron de pasar por él sin avisar a las autoridades rusas y de esta manera las obligaron a tomar medidas preventivas: un buque guardacostas ruso embistió a una nave ucraniana para prevenir que se acercase al puente.
Luego, los guardacostas rusos dispararon contra otras naves ucranianas para disuadirlas de proseguir con sus acciones provocativas.
Entonces, 24 marineros y sus buques fueron detenidos y después de varios meses en custodia fueron puestos en realidad. Moscú también devolvió las naves a Ucrania. EEUU reaccionó negativamente al incidente y aceleró su programa de ayuda militar a la Armada ucraniana. La decisión de vender las lanchas es una parte de este programa.
Actualmente los esfuerzos de Estados Unidos están encaminados a ayudar a Kiev a vigilar las aguas de los mares Negro y de Azov. Así, Kiev y Washington mandan un mensaje a Moscú de que no van a dejarlo en paz. Los dos ocuparían la península entera a la primera oportunidad, pero no lo hacen porque Rusia tiene enormes recursos militares concentrados en la península.
Los esfuerzos de Ucrania y la respuesta rusa
Los Mark VI no son la única novedad de la Armada ucraniana: actualmente la Marina de guerra del país eslavo está recibiendo lanchas de otras dos series. Una de ellas son las lanchas de la producción nacional Giurza-M. Kiev tiene previsto construir 20 lanchas de esta serie. Cada una de ellas estará armada con cañones del calibre 30 mm. Al día de hoy solo siete lanchas están completadas. Dos de ellas participaron en el incidente en el estrecho de Kerch en 2018.
Sin embargo, incluso con todas estas novedades la Armada ucraniana no será capaz de competir con la Flota del mar Negro de Rusia. Tiene a su disposición un crucero, un destructor, cinco fragatas, siete submarinos y dos decenas de lanchas patrulleras. Asimismo, Rusia sería capaz de enviar refuerzos al mar Negro a través del Bósforo. Pero al mismo tiempo Ucrania teóricamente podría contar con el apoyo de la Sexta Flota de Estados Unidos.
Algunos políticos ucranianos amenazaron en el pasado con usar esta serie de misiles contra el puente de Crimea. Pero Rusia tiene una sólida respuesta a estas amenazas con sistemas antiaéreas S-400 y también con los Tor y Buk, que en su conjunto son capaces de vigilar el espacio aéreo de 400 kilómetros.
Mientras tanto EEUU sigue con sus desesperados intentos de empujar a Ucrania a una confrontación con Rusia. Las cabezas calientes en Washington se portan así porque, igual que Kiev, buscan una revancha. No cabe duda de que si Crimea hubiera seguido siendo ucraniana en 2014, EEUU sería capaz de desplegar sus buques en la ciudad de Sebastopol, algo que Moscú no pudo permitir entonces y no lo permitirá en el futuro.