"Trabajar como negro", "trabajar en negro", "la oveja negra de la familia" son ejemplos de términos que las personas repiten sin pensar pero que encierran una connotación racista, en la cual el color negro se asocia a algo negativo. Por mucho tiempo estas fueron consideradas normales, pero la actual lucha contra el racismo obliga a repensar su uso.
Estas "visiones reduccionistas de la realidad" nos predisponen al rechazo hacia esas minorías y por eso es importante combatirlas. Lo primero que se debe hacer es analizar las expresiones: pensar en lo que estamos diciendo, por qué lo decimos y quién nos ha incorporado ese lenguaje discriminatorio.
"Después de reconocerlas, lo segundo que hay que hacer es acercarse al otro, fomentar la empatía. Pensar en sí nos gustaría que nos dijesen a nosotros lo mismo que estamos diciendo del otro y ver lo que nos une a él en lugar de lo que nos diferencia", añadió el psicólogo español.
"Las palabras no son inocuas y los gestos tampoco. Todos podemos interiorizar y desarrollar conductas de rechazo en nuestro día a día, sin tener que etiquetarnos o nombrarnos como racistas. Este es un camino lento y la educación en la tolerancia y en la no discriminación también tiene que abarcar estos pequeños gestos o palabras", concluyó Fouce.