Aunque ya se venía utilizando desde hace más de 2.000 años, esta popular prenda de baño adquirió su característico nombre solo en 1946, tras los primeros ensayos nucleares que EEUU llevó a cabo en el atolón homónimo el 1 de julio de ese año.
La intención de Reard era que la prenda causara un efecto similar al de las explosiones atómicas, metafóricamente hablando. Lo cierto es que el bikini era tan atrevido que las modelos profesionales, en un principio, se negaron a vestirlo en los desfiles, así que quien lo lució por primera vez fue la bailarina del Casino de París Micheline Bernardini.
Las modistas tardaron en incorporar el nuevo invento a su producción, mientras que en la España católica fue directamente prohibido. Pero con el tiempo, el bikini fue popularizándose y, al final, acabó convirtiéndose en una de las cosas imprescindibles para toda mujer a la hora de hacer la maleta, también en la URSS.
Sputnik te invita a recordar los bikinis soviéticos.