Los vuelos, especialmente cuando son largos, pueden ser cansados y tentar a los pasajeros a relajarse demasiado y no respetar las normas de decoro de cualquier espacio público. Las azafatas se dan cuenta de ello y hay algunos hábitos que les ponen especialmente nerviosas.
"Los pasajeros tienen la rara costumbre de meter cosas en sitios que no deberían: pañales, comida, bolsas de vómito... Todo metido entre asientos, debajo de estos (...). Y luego ves que buscan cosas para leer y comen lo que han traído con los dedos llenos de gérmenes", escribió en Reddit una exempleada de una aerolínea.
Otra azafata se muestra de acuerdo con las palabras de su compañera en Reddit y comenta que "la gente suele hacer cosas asquerosas en las mesas plegables (he visto a gente cambiar pañales o cortarse las uñas en ellas, por decir algunas)". Por eso es aconsejable no comer directamente de las bandejas y llevar encima productos de limpieza, bajo riesgo de encontrarnos con E. coli, entre otras cosas.
Otra desagradable sorpresa la esconden las mantas. Estas se reparten a los pasajeros de vuelos largos ya que la temperatura en cabina suele ser baja, pero, de nuevo, solo se lavan al final de cada jornada. Entre vuelos solo se doblan. Por eso, como cita el diario Express, la azafata Sara Keagle recomienda llevar una manta y una almohada propia.