La retirada de Francia de la operación "Sea Guardian" de la Alianza Atlántica, en protesta por la amenaza de fragatas turcas a sus navíos, es el último capítulo del conflicto.
El incidente militar entre un barco francés y una fragata turca el pasado 10 de junio en aguas del Mediterráneo pone en entredicho el papel de la OTAN, incapaz de investigar y aclarar los hechos.
El pasado 1 de junio, el navío militar francés "Le Courbet" sufrió tres iluminaciones de radar por parte de una fragata turca, es decir, por tres veces fue objeto de una amenaza inminente de disparos.
Amenazas militares entre socios de la alianza atlántica
Para la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, dentro de la OTAN estos actos están considerados como hostiles. "No podemos aceptar" —denunció— "que un aliado se comporte de tal manera contra un barco de la OTAN, bajo mando de la OTAN, en una misión de la OTAN". La alianza militar occidental reaccionó tarde y dijo querer investigar el incidente, pero su vaga respuesta ha provocado el enfado de Francia. La OTAN prefirió no tomar partido por ninguno de sus socios.
Mediante ese pacto, Turquía suministra armamento y apoyo logístico a Sarraj y, a cambio, obtiene la posibilidad no solo de instalar bases militares en Libia, sino también llevar a cabo prospecciones de gas en zonas del Mediterráneo que también reivindican países como:
- Chipre;
- Grecia;
- Italia;
- Egipto;
- el Líbano.
Hace solo un año, Turquía instaló una plataforma de prospección petrolífera en la zona marítima exclusiva del norte de Chipre. Ankara considera que esas aguas pertenecen a la República de Chipre del Norte —nacida de la partición de 1974 y no reconocida internacionalmente— ante la ira del Gobierno chipriota, miembro de la Unión Europea y históricamente próximo a Grecia. Las protestas de Bruselas quedaron en nada.
Misiles rusos y refugiados paralizan a la OTAN y a la UE
El presidente francés es el socio más crítico con Erdogan dentro de la organización militar de la que ambos forman parte. Macron habla incluso de la "responsabilidad criminal en Libia de un país que pretende ser miembro de la OTAN". Ankara reprocha a Francia su apoyo al "golpista y delincuente Haftar" y considera inaceptable que un miembro de la OTAN se comporte así.
El presidente turco, "el nuevo sultán" según los medios occidentales, se permite ser el socio discordante de la OTAN y convertirse en el pretendiente que chantajea desde 2015 a la Unión Europea. Sabe que tiene la clave para abrir el paso de millones de refugiados hacia Europa, vía Grecia o los Balcanes. Su vecino y enemigo secular griego ya ha conocido este año momentos difíciles en su frontera con Turquía, antes de la explosión del COVID-19. Tras sus acuerdos con el Gobierno de Acuerdo Nacional Libio, Erdogan tiene ahora también la llave de la puerta de salida de los inmigrantes africanos hacia el Viejo Continente.