"Hubo un intercambio confidencial de opiniones sobre la situación en Oriente Medio y África, incluidas las tareas de resolver las crisis en Libia, Siria y el conflicto palestino-israelí, así como de encontrar soluciones mutuamente aceptables al problema del uso de las aguas del río Nilo", dice el comunicado.
Asimismo, los diplomáticos confirmaron el compromiso de Moscú y El Cairo con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU y los principios fundamentales de la Carta de la ONU.
Etiopía está realizando desde 2012 en el Nilo Azul el ambicioso proyecto de construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope, cuya puesta en funcionamiento, según expertos, provocaría escasez de agua en Sudán y Egipto, situados río abajo.
Desde el comienzo de las obras, estos tres países celebraron más de una decena de encuentros para coordinar la distribución del agua y la puesta en marcha de la central hidroeléctrica, pero las divergencias se mantienen.
De acuerdo con varios medios locales, la construcción de la presa, llamada a ser "el mayor proyecto hidroenergético de África", ya se ha cumplido en más del 74% y debe finalizar en 2023.
El jefe de la diplomacia etíope, Gedu Andargachew, anunció en marzo pasado que el llenado del embalse de la presa empezaría en julio de 2020, que hacia finales de julio el embalse tendría 4.900 millones de metros cúbicos de agua y que la generación de energía eléctrica empezaría en febrero o marzo de 2021.