Los científicos rusos están elaborando varias vacunas a la vez. El mismo presidente de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexandr Serguéyev, tiene la intención de vacunarse con una de ellas y reveló los detalles de este prometedor desarrollo durante la reunión general de la Academia de Ciencias de Rusia, que fue organizada con el apoyo del Ministerio de Educación Superior y Ciencia de Rusia y el portal Nauchnaya Rossiya (Rusia Científica).
El centro ha acumulado muchos años de experiencia en el desarrollo de esas vacunas para los mercados ruso y extranjero. Así, las vacunas conocidas mundialmente contra la poliomielitis, la encefalitis transmitida por garrapatas y la fiebre amarilla se producen aquí.
De momento, los científicos del centro se dedican a las tecnologías de producción industrial del virus SARS-CoV-2, su purificación, inactivación y control. Están intentando alcanzar una forma de vacuna estable que se pueda convertir en medicamento.
"Se habla mucho de vacunas subunitarias, vacunas de ADN, vacunas de ARN. Son lo último en desarrollo de vacunas contra coronavirus. Sin embargo, no se pueden descartar las vacunas inactivadas, que todavía funcionan bien. En nuestra opinión, la creación de una vacuna de este tipo contra el SARS-CoV-2 es un trabajo muy interesante y prometedor", opinó Serguéyev.
"El COVID-19 se caracteriza por un gran número de pacientes asintomáticos. Estos pacientes reciben alguna dosis viral y producen anticuerpos, pero sin síntomas significativos. De hecho, se trata de una especie de vacuna, en términos generales, del tipo inactivado", explicó, agregando que estaba dispuesto a vacunarse contra el coronavirus si se elaboraba una vacuna de este tipo.
Los ensayos preclínicos de la vacuna del centro Chumakov deberían concluir a principios de agosto, y la producción piloto de la vacuna podría comenzar en septiembre de 2020. Los científicos estiman que se podrían producir entre siete y 10 millones de dosis al año.