El de Santiago León no es el primer caso de un trabajador de la salud que comete suicidio durante la pandemia de COVID-19. Si bien quienes trabajan en este rubro suelen estar expuestos al estrés emocional y psicológico propio del cuidado de la vida de las personas, la situación sanitaria actual ha agravado las condiciones laborales y aumentado las presiones del sector.
León tenía 24 años cuando cometió suicidio en la sala de su casa el 25 de junio de 2020. Había conseguido, hacía dos meses, trabajo como jefe de enfermería del Hospital San Joaquín, único centro médico del municipio de Nariño, en el departamento de Antioquía, noroeste de Colombia.
"Su vida giraba en torno a ella y siempre decía que era feliz porque pudo profesionalizarse, atender a su comunidad y darle ese orgullo a su madre", había dicho Juan David Sánchez, secretario de Educación de Nariño, que había sido su profesor, al semanario colombiano Semana.
León había asistido al funeral de su madre e inmediatamente regresó al hospital, sin tomar licencia alguna. En Nariño hay solo cinco médicos para atender a los más de 10.000 habitantes de la localidad.
La situación sanitaria en Colombia ya preocupaba al personal de salud de Nariño. Los números de contagios han aumentado drásticamente en el último mes, superando los 90.000 casos, lo que llevó al presidente Iván Duque a extender la cuarentena obligatoria hasta mitad de julio.
"Esto nos afecta bastante. Al aparecer como municipio COVID en los datos oficiales todas las Entidades Protocolar de Salud nos exigen protocolos distintos. Eso altera sustancialmente la forma en que estamos trabajando. Y prácticamente, junto a la policía, nos tocaría aislar a la mitad del personal. La situación nos tiene contra las cuerdas", explicó Hernández.
Hasta la noche del miércoles 24, León cumplió con sus labores en el hospital y luego presentó su carta de renuncia. Aunque tenía una prima y una tía con quien vivir, desde la muerte de su madre convivía con Andrés Castaño, abogado de la alcaldía, quien lo encontró muerto al día siguiente.
A medianoche, León publicó historias de Whatsapp a modo de despedida, que rezaban frases como "perdóname", "cómo me haces falta" y "la vida no es justa". Castaño recordó que, la noche anterior, el joven le había recordado que su madre llevaba un mes muerta y que había fallecido el 25 de junio a las 5 a. m. Por la hora en que fue encontrado y el estado en que estaba el cuerpo, se presume que esa fue la hora en que el joven se quitó la vida.
Aunque las causas de suicidio no son fácilmente atribuibles a un motivo en particular, estudios sugieren que los trabajadores de la salud están particularmente expuestos al fenómeno por sobre otras áreas. Si a esto se le suma las condiciones psicológicas provocadas por la pandemia, el personal médico puede ser claramente identificable como población de especial riesgo en este sentido.