Según la Universidad Johns Hopkins, los médicos estadounidenses registraron el 26 de junio al menos 40.173 nuevos contagios de coronavirus. Como resultado, nueve estados —Arizona, Arkansas, Delaware, Idaho, Luisiana, Maine, Nevada, Nuevo México y Carolina del Norte— anunciaron que retrasaban sus planes de pasar a la siguiente fase de la reapertura económica.
En Texas, el gobernador Greg Abbott ordenó mantener las restricciones impuestas al negocio, incluida la exigencia de que los bares permanezcan abiertos solo para llevar la comida y enviarla a domicilio.
"En este momento, está claro que el aumento de nuevos casos se debe en gran medida a ciertos tipos de actividades, incluida la acumulación de los residentes locales en bares", comentó Abbott, citado por la cadena estadounidense CNN.
A su vez, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, donde se registraron casi 9.000 casos en un solo día, destacó que ese aumento fue el resultado del "incremento del número de pruebas" realizadas a la población.
"En realidad, nada ha cambiado en esta última semana", señaló el gobernador, y agregó que los nuevos casos corresponden a personas jóvenes y, generalmente, asintomáticas. Además, DeSantis comunicó que Florida prohibió el consumo de alcohol en los bares debido al incumplimiento de las pautas estatales.
Hasta la fecha los médicos estadounidenses registraron más de 2.572.660 contagios y más de 127.800 fallecidos. Es probable que el número de personas infectadas sea 10 veces mayor que la cifra oficial, advirtió Redfield.
De hecho, la expansión de la pandemia bate récords diarios no solo en EEUU, sino en el mundo entero. En las últimas 24 horas los países registraron el mayor número de nuevos casos en el cómputo diario desde el inicio de la crisis sanitaria: 191.000 contagios. De esta manera, el número total de contagios a 27 de junio fue superior a 9.985.620 y, el de fallecidos, mayor de 498.660.