La preocupación aumentó este jueves 25 cuando el número de casos confirmados con COVID-19 superó los 39.000 en un día, una cifra récord que deja atrás los 38.115 de finales de abril, considerado el pico de la pandemia.
Los expertos señalan la reapertura de la economía —iniciada hace más o menos un mes los 50 estados de EEUU— y el cansancio generado por la cuarentena como los responsables de estos altos índices; pues muchas personas se niegan a seguir las reglas de distanciamiento social. Este repunte fue anunciado, pues en mayo la comunidad científica advirtió sobre el riesgo de "nuevos picos".
Autoridades sanitarias hacen saltar las alarmas
La posibilidad de que el número de estadounidenses contagiados por coronavirus sea diez veces superior a la cifra de casos confirmados sonó como una bomba en los oídos de muchos cuando lo afirmó el director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés), Robert Redfield.
Actualmente, hay unos 2,3 millones de casos detectados en EEUU, según los CDC, —mientras que la Universidad Johns Hopkins informa de más de 2,4 millones de contagiados—, por lo que con esta nueva estimación los casos totales en la nación norteña podrían superar los 23 millones.
"Este virus causa mucha infección asintomática, el enfoque tradicional de buscar enfermedad sintomática y diagnosticarla obviamente subestima la cantidad total de infecciones", resaltó Redfield.
Según el directivo, estos datos suponen que entre el 5 y el 8% de la población habría contraído el virus, con lo que la gran parte de la población del país tiene posibilidades de contagiarse. "Una mayoría significativa del público estadounidense, probablemente mayor que el 90% del público estadounidense, sigue siendo susceptible", avisó.
El virus se desplaza al sur
El director de los CDC explicó que, contrario a la tendencia anterior, los jóvenes han impulsado el aumento de los casos en EEUU, particularmente en el sur y el oeste del país.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, no se lo pensó mucho y decidió suspender temporalmente la reapertura de su territorio.
"Esta pausa temporal ayudará a nuestro estado a acorralar la propagación (del virus) hasta que podamos entrar de manera segura en la siguiente fase de reapertura", manifestó, y en otra oportunidad les comunicó a sus conciudadanos que "a menos que sea urgente salir, no hay lugar más seguro en este momento que sus casas".
En su comparecencia de prensa, el director de los CDC pidió a los estadounidenses que tomen todas las precauciones para así minimizar la proliferación del virus: "La herramienta más poderosa (para combatir el coronavirus) que tenemos es la distancia social. Esto significa mantener una distancia física de al menos seis pies en público, llevar cobertores faciales y seguir el lavado de manos", recordó.
Pero las cifras no mienten y ponen en evidencia al mandatario, pues según la Universidad Johns Hopkins, en el país han fallecido 124.400 personas. Algo que resaltó el corresponsal de la BBC en Washington Jon Sopel quien apuntó que "la guerra de EEUU contra el enemigo invisible, como le gusta llamarla a Trump", ha matado a más estadounidenses en cuestión de tres meses que los conflictos de Corea, Vietnam, Irak y Afganistán en 44 años.