En esas páginas, el monje francés explicaba que el indígena en cuestión "parecía más hombre" en su exterior, pero era "hermafrodita" y tenía "voz de mujer". Tibira (palabra que en tupí también sirve para denominar a los homosexuales en general) fue ejecutado en el fuerte de São Luis do Maranhão (noreste de Brasil) ante la atenta mirada de las autoridades europeas y líderes de diversas tribus indígenas. Desde 2016, en el lugar hay una placa que le recuerda como el "primer mártir gay de Brasil".

"Yo nací en una comunidad indígena y sólo salí de allí a los 18 años para ir a la universidad (…) Durante mucho tiempo llegué a cuestionar mi homosexualidad porque no tenía referentes en mi contexto. Los debates sobre sexualidad, identidad de género, etc, en las comunidades todavía son una especie de tabú", comenta este joven de 20 años.
De la aldea a la universidad
Danilo salió de una aldea Tupiniquim en el interior del estado de Espírito Santo (sureste) y ahora estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Brasilia, donde está empezando a articular el movimiento indígena gay con otros jóvenes de su generación.
Aún hoy, en muchas aldeas se utilizan términos homófobos para referirse a los indígenas LGTBI. En otras, los miembros de la comunidad homosexuales y transgéneros son más respetados y en muchas ocasiones ni siquiera hay una palabra para definirles equivalente a las que usan los no indígenas.
Para el antropólogo Estevão R. Fernandes, autor del libro "¿Existen los indígenas gays? La colonización de la sexualidad indígena", una de las claves del origen de la homofobia en muchas comunidades tiene que ver precisamente con el proceso de nombrar lo "diferente".
"A partir de la intervención moral hay un sistema en el que el poder del colonizador tiene sentido. El colonizador se transforma en una figura que tiene autoridad mayor para decir a todos los que está bien y lo que está mal. Cuando nombras un comportamiento, también lo dominas", decía recientemente en una entrevista con el portal UOL.
Homofobia en la ciudad
Pero la homofobia no es patrimonio exclusivo de las aldeas, al contrario. Danilo relata el desafío de convivir con el estigma de lo "exótico" y lo "hipersexualizado" por el simple hecho de ser indígena en entornos urbanos, por ejemplo. El hecho de ser gay agrava aún más el cuadro.
El empuje de las nuevas generaciones también está provocando avances dentro del propio movimiento indígena. En 2017, el Campamento Tierra Libre de Brasilia, el mayor encuentro de pueblos aborígenes de Brasil, que se celebra anualmente, incluyó por primera vez una mesa de diálogo sobre diversidad sexual.
Danilo asegura que el "empoderamiento" de los jóvenes LGTB tanto en aldeas como en ciudades está siendo fundamental para que pautas identitarias y contra la discriminación sexual también tengan su espacio en un movimiento centrado sobre todo en el derecho a la tierra y la preservación del medio ambiente.