Usa la temperatura adecuada para cada queso
Una vez que entra en contacto con el calor, el queso pierde parte de su grasa. Esta es la razón por la que la mayoría de los quesos necesita bajas temperaturas para conservarse.
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No obstante, los quesos maduros pueden perder sus propiedades y sabor si se guardan en la nevera: necesitan temperaturas entre 8 y 12°C. En cuanto a los quesos curados, deben guardarse a temperatura ambiente, dentro de un recipiente hermético.
Usa el vidrio para guardar
Utiliza una quesera de vidrio. Permite evitar que el olor del alimento se transmita por la nevera. Al mismo tiempo, no te ayudará a guardar el queso por más tiempo: de hecho, no es mucho mejor que un simple contenedor hermético.
Envuélvelo en papel pergamino
Para conservar el olor y el sabor del queso, es recomendable envolverlo en papel pergamino, de aluminio o film. Al mismo tiempo, tienes que dejar entrar algo de oxígeno, ya que necesita "respirar".
"Cuando se le corta el oxígeno, cambia su sabor", está convencida Mary Rizzo, dueña de la tienda neoyorquina The Cheese Traveler.
Asimismo, es necesario reemplazar el papel regularmente para evitar la aparición de moho y hongos.
Conservarlo en aceite de oliva
Los quesos curados y semicurados pueden ser conservados en aceite de oliva: simplemente sumerge el alimento en un recipiente lleno de esta sustancia para que dure más tiempo.
🍯🍌🍊 Los 10 alimentos que nunca debes guardar en la nevera
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 1, 2020
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Este sencillo truco impide que el aire esté en contacto con el queso. Si quieres enriquecer el sabor de este lácteo, puedes agregar especias o hierbas aromáticas al aceite.
No lo comas frío
Finalmente, a la hora de consumir este delicioso alimento, se recomienda sacarlo de la nevera con antelación para que recupere el sabor y el olor.
