Esta medusa, que puede pesar hasta 200 kilogramos y compite con la medusa Melena de León por el título de la más grande del mundo, pica a cientos de miles de nadadores en las aguas de la península de Corea, Japón y China.
There are big jellies, like the Nemopilema nomurai. It is *that* big. pic.twitter.com/ywyxVAJ7Ma
— ™ (@landbeyond) March 18, 2020
Se sabe que la picada de este animal, que puede llegar hasta los 3,5 metros de largo, causa de manera inmediata un intenso dolor. Le sigue un enrojecimiento e hinchazón de la parte afectada que puede, en casos específicos, incluso provocar la muerte.
Los investigadores descubrieron una mezcla increíblemente compleja de más de 200 toxinas relacionadas con picaduras. Cada una de estas toxinas podría estar dirigida a órganos específicos o dañar varios sistemas.
"Aunque tratamos de purificar las toxinas letales del veneno de Nemopilema nomurai, fue excesivamente difícil separarlas de otras proteínas de manera individual", explican los autores en un artículo publicado en Journal of Proteome Research.
Esto quiere decir que estas toxinas son tan complejas que es difícil descifrar todos los factores en juego, sin recurrir a otro tipo de experimentos.
Para poder estudiar el veneno, el equipo cortó y congeló tentáculos frescos directamente de una medusa viva, para centrifugarlos y recolectar nematocistos, una célula especializada en medusas que contiene una bobina de veneno.
En la autopsia de los ratones, los investigadores encontraron que la infección pulmonar y el edema eran la causa más probable de muerte, lo que es consistente con los informes en humanos.
Sin embargo, los autores todavía no han descifrado cómo cada una de estas toxinas individuales realmente mata a los animales, lo que sugiere que podrían estar trabajando en conjunto.