Sus comentarios llegan a raíz de la tensión provocada por la intervención de Turquía en Libia. El apoyo del país otomano al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido internacionalmente, ayudó a revertir el asalto contra Trípoli lanzado por una parte de las fuerzas leales al mariscal Jalifa Haftar, jefe del Ejército Nacional de Libia (ENL). A su vez, Haftar goza del apoyo de Emiratos Árabes Unidos y de Egipto.
"Cualquier intervención directa del Estado egipcio ahora ha adquirido legitimidad internacional", aseveró Sisi dirigiéndose al público tras inspeccionar varias unidades militares desplegadas en una base aérea cerca de la frontera con Libia.
Egipto tiene derecho a defenderse después de recibir "amenazas directas" de "milicias terroristas y mercenarios" apoyados por países extranjeros. Las principales metas de cualquier intervención serían proteger la frontera occidental del país —que se extienden a lo largo de 1.200 km—, ayudar a lograr un alto el fuego y restaurar la estabilidad y la paz en Libia, destacó.
Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí apoyaron a Egipto en su intento de proteger su seguridad y sus límites territoriales, mientras que Turquía o el GNA no reaccionaron a estas declaraciones inmediatamente.
El 20 de junio, Sisi destacó que Egipto siempre había sido reacio a intervenir en Libia y había tratado de buscar una solución política a su conflicto, pero agregó que "ahora la situación es diferente".
"Si algunas personas creen que pueden cruzar la línea entre [los distritos] Sirte y Al Jufrah, esta es una línea roja para nosotros", advirtió el mandatario egipcio ante una multitud entre la que se encontraban varios líderes tribales libios.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales. La situación en Libia se agudizó aún más después de que Haftar anunciara a finales de abril su retirada del pacto político de 2015 que dio origen al Gobierno de Acuerdo Nacional y declarara que el ENL aceptaba "la voluntad del pueblo" y se hacía con el poder en el país.